Pese a la negativa de Toyota y Lexus, la marca de vehículos de la gama alta del fabricante japonés, la cifra fue revelada por las autoridades del condado de Orange.
El accidente de agosto de 2009 ganó notoriedad internacional cuando fue revelada la dramática conversación telefónica que mantuvo el conductor del Lexus, el policía Mark Saylor, con una operadora del teléfono de emergencia.
Durante la llamada Saylor explicó que el vehículo, en el que viajaba con su esposa, su hija y su cuñado, estaba acelerando de forma incontrolada y circulaba a casi 200 kilómetros por hora.
Poco después, el vehículo se salió de la autopista y estalló en llamas, lo que causó la muerte a los cuatro ocupantes.
Después de conocerse los detalles del acuerdo, Toyota expresó su descontento con la publicación de la cifra y acusó al concesionario que prestó el vehículo a Saylor de querer «desplazar la atención de su concesionario mientras sigue litigando este caso con las familias».
Toyota argumentó que la causa del accidente fue que el concesionario Bob Baker Lexus había instalado una esterilla de un modelo de todoterreno en el Lexus ES 350.
La compañía añadió que «seguirá defendiéndose vigorosamente contra las erróneas alegaciones que Bob Baker Lexus está realizando contra Toyota».