Por una gentileza de Nissan Chile, pudimos por espacio de un día ponernos tras el volante de un importante nuevo integrante en la gama de vehículos comerciales de este fabricante nipón: la nueva Nissan NP300, la que probamos en su versión tope de gama, LE 4WD AT.
No olvidemos que 2015 quedará marcado a fuego como el año de la renovación de sus otros dos archirrivales: Mitsubishi L200 y la legendaria Toyota Hilux. Atrás quedaron aquellas camionetas netamente funcionales y orientadas al trabajo, dando paso a una nueva generación de productos, que sin olvidar sus objetivos primarios, ahora ofrecen niveles de comodidad y seguridad que antes no se veían en el segmento. Sin duda una realidad de la que nueva NP300 no está ajena.
Ochenta años de historia dan origen a la NP 300
Basta con recorrer algunos kilómetros hacia el sur o norte de nuestro país, para encontrarnos en las carreteras o caminos rurales con nobles ejemplares de la tradicional Nissan (modelo 720) 1800 en versiones cabina simple o doble de procedencia mexicana (con tapas de ruedas características) o aquellas llamativas y escasas versiones King Cab o 4×4. Luego vendrían las exitosas D21 (a contar de 1985) con motores de 2 litros carburados, las recordadas 2.4 EGI (que llegaron con el cambio de norma a motores catalizados), hasta comienzos de la década pasada con la llegada de las exitosas Terrano o D22. Lo anterior es una parte de los más de 80 años de tradición en vehículos comerciales de Nissan, cuyos comienzos se remontan a 1933 con el modelo Datsun 13T. En total son más de 14 millones de clientes felices alrededor de 180 países en el mundo.
En el caso particular de la NP300, éste modelo viene a reemplazar a la Nissan Navara cuya presencia en Chile se remonta a junio de 2008. Nissan pretende volver a ocupar una posición relevante (y aspira a liderar) un segmento muy competitivo y que se torna cada vez más exigente, como lo es de las camionetas medianas, donde este producto plantará cara a modelos tales como: Chevrolet D MAX, Ford Ranger (cuyo facelift debiese llegar pronto a Chile), Mazda BT-50, Mitsubishi L200, SsangYong Actyon Sports,Toyota Hilux y VW Amarok.
Pero invariablemente nos surgen dos interrogantes que pasamos a compartir con ustedes:
1.- ¿Por qué Nissan la denominó NP 300 y no mantuvo el nombre de su antecesora?
La respuesta a la primera dice relación con la sigla N de Nissan, P de Pick Up y 300 que alude a 3.000 kilos o peso bruto vehicular, que es el peso máximo que admite un vehículo con pasajeros, carga y accesorios.
2.- ¿Qué representa el modelo para la marca? , la NP 300 es un modelo “clave” para Nissan por cuatro razones:
1.-De las ventas totales de Nissan, un 8 % corresponden a camionetas.
2.-De las ventas en latinoamérica de Nissan, un 26 % son camionetas.
3.- En Chile, tomando el promedio de los últimos cinco años, un 40 % de las ventas de Nissan, son camionetas.
4.- Nissan tiene un 22 % de participación de mercado, tomando como promedio los últimos cinco años.
Un producto pensado globalmente
Más de 25 ingenieros de distintos países manejaron más de 1 millón de kilómetros para probar y validar la confiabilidad de la Nissan NP300. Las pruebas de laboratorio y en pista se realizaron en Japón, Estados Unidos, Europa, Tailandia y México. Además, Nissan condujo cinco expediciones de prueba en la zona andina, incluyendo alturas extremas en las fronteras entre Chile, Argentina, Bolivia, Ecuador y Perú.
Como resultado de consultas con clientes, así como de enfrentamientos directos con la desafiante geografía latinoamericana, Nissan invirtió en más de treinta mejoras de ingeniería y calibración para esta región. Nissan NP300 fue diseñada, desarrollada y probada para superar diversas expectativas: desde las del dueño de una flotilla comercial que somete a los vehículos a terrenos extremos todos los días, hasta las de un cliente que la usa como vehículo recreativo para pasar el fin de semana en familia. No por nada, las versiones que se comercializan en nuestro mercado disponen de la mayor distancia libre del piso.
La Nissan NP300 a nivel global es fabricada en España, México, en la planta de CIVAC de Cuernavaca, en el estado de Morelos (que en Mayo celebrará 50 años de vida), pero también se produce en Tailandia y próximamente en Argentina. A nuestro país llegan las unidades procedentes desde tierras aztecas en un total de diez versiones distintas, dos cabina simple y ocho doble cabina, con alternativas de tracción trasera o integral.
Diseño atractivo y bien logrado
www.autonoticias.cl condujo la versión tope de gama signada como 2.3D LE 4WD 7AT. Su diseño resulta atractivo, sin ser demasiado recargada ni espartana. Cumple a cabalidad con la función de ser una camioneta polivalente, que bien puede ser usada para labores de trabajo durante la semana y de esparcimiento durante los días de descanso. Veamos por qué.
Al ver su frontal, vemos que su frontal va en directa sintonía con otros modelos de la marca, destacando su prominente máscara cromada, que luce como una suerte de V ampliada, con el logo Nissan en relieve al centro. Esta pieza va escoltada en ambos costados por generosos ópticos dispuestos en forma de boomerang con la firma Nissan en las luces LED (privativas de este acabado, puesto que todas las otras emplean bombillas de halógeno). Dado que es una camioneta preparada para hacer frente a caminos barrosos o polvorientos, nos hubiese gustado que contase con lavafaros, como si se ofrece en otros mercados.
El parachoques luce bastante anguloso y en sus extremos encontramos los encastres con aplicaciones cromadas, de forma similar a los ópticos principales, que alojan los neblineros circulares, además de una toma de aire central. Dos difusores de aire centrales, ayudan a la aerodinámica de la NP 300. Otro detalle que no podemos pasar por alto, es que desde dentro, la particular forma de su capó hace que se vea menos ancha de lo que realmente es. Para quienes no estamos muy habituados a conducir vehículos de este tamaño, no resulta fácil acostumbrarse a la hora de realizar maniobras de estacionamiento, a lo que si ayudaría el hecho de contar con al menos un par de sensores acústicos que nos alerten de la cercanía de un objeto. Su generosa altura, permite que tenga un muy buen ángulo de ataque (33º) a la hora de enfrentar pendientes complejas.
Vista de costado, vemos que sus generosos pasos de ruedas lucen muy llamativos. Sus líneas se mantienen equilibradas tanto en la cabina como en la zona de carga. La superficie vidriada es más generosa en la zona delantera que en la posterior (los ocupantes traseros disponen de vidrios ahumados). Un listón cromado marca la separación entre las ventanas y la superficie de acero de las puertas (con tiradores también cromados), además de conferirle más elegancia a la NP 300. Nos gustaron sus generosos espejos retrovisores externos con acabado cromado (exclusivo de la LE, las otras llevan acabado de resina negro), repetidores de los intermitentes integrados en la carcasa, regulables y plegables eléctricamente, que entregan una excelente retrovisión, al igual que el espejo interior con brújula (que en esta versión, también podría ser fotocromático o con atenuación automática, en vez de la clásica perilla de ajuste manual).
Para facilitar la entrada y salida de los ocupantes, especialmente de aquellas/os de estatura más baja, la NP 300 LE dispone de estriberas laterales, que pueden resultar algo limitantes a la hora de enfrentar ciertos obstáculos (si tuviesen ocultamiento eléctrico, ¿sería mucho pedir?, o que se pudiesen desmontar a voluntad). Calza neumáticos Maxis 770 Bravo H/T de medida 255/60 R18 (opcionalmente se puede ordenar con unos A/T 255/70 R16) con llantas de aleación de aluminio pulido con diseño de seis rayos dobles. Otro elemento distintivo del acabado LE son sus barras de techo satinadas. Las versiones propulsadas por el motor diésel, llevan la grafía «Diesel» en ambos costados de la caja de carga. Las aletas de guradafangos en las cuatro ruedas son de serie en todas las versiones. Su ángulo ventral alcanza los 25,2º, mientras que su generoso despeje llega a los 255,4mm.
La zaga de la NP luce igual de robusta que el resto de su carrocería, con generosos ópticos dispuestos verticalmente en los extremos, un portalón amplio, en cuya sección central encontramos la manilla cromada para abrir y cerrar (con cerradura), que también alberga la cámara de reversa que es complementada con sensores acústicos montados en el paragolpes también cromado, revestido en su parte superior con resina plástica para las labores de carga y descarga. Su ángulo de salida es de 27,9º.
Al abrir el portalón, se accede a una zona de carga completamente recubierta en plástico, para evitar daños y rayones. Eso sí, nos hubiese gustado que contase, como si lo traen versiones con menos equipamiento de un separador del área de carga de la de pasajeros, que evite la intromisión de objetos transportados (en caso de un accidente o frenada severa) al habitáculo. Otro elemento que si dispone este grado de equipamiento, pero no los inferiores es del desempeñador de la luneta trasera.
El volumen del área de carga se incrementó en un 5% comparada con la Navara. Sus dimensiones alcanzan los 47cms de alto, 150cms de largo, 156 de ancho y 117cms de ancho (con los pasos de ruedas), con lo que su capacidad de carga alcanza los 911 kilos. La versión LE dispone de un novedoso sistema con rieles y cuatro ganchos de sujeción removibles y ajustables, para asegurar la carga. También encontramos una toma adicional de 12V.
Sus cotas dimensionales alcanzan los 5.258mm de largo; 1.850mm de ancho y 1.860mm de alto, además de una batalla de 3.150mm.
Habitáculo amplio, bien terminado y hecho para durar muchos años
Al abordarla nos recibe un habitáculo amplio, cómodo y muy bien terminado, donde se aprecian materiales típicamente de factura nipona, es decir, sólidos, bien hechos, para durar laaargo tiempo. Su tablero se asemeja en cierta medida al presente en otros modelos de la nueva era de Nissan, como son el Qashqaí, X-Trail o sedánes como el Sentra o Versa. De partida sus asientos forrados en cuero resultan confortables para viajes largos, y no resulta complejo encontrar la postura adecuada gracias al reglaje eléctrico de ocho vías. El del pasajero tiene regulación manual.
El volante de tres rayos, revestido en cuero, dispone de regulación en altura, y acabados en aluminio satinado, con una batería de comandos satelitales, a los que hay que prestarles cierta atención para acostumbrarse a su manejo: lado izquierdo: computador de abordo y sistema de audio; lado derecho: control crucero y sistema bluetooth del teléfono.
El cuadro de instrumentos es más que completo. Dos esferas analógicas circulares satinadas con gráfica blanca, albergan el tacómetro con medidor de la temperatura del refrigerante del motor y velocímetro con indicador del nivel de combustible en el estanque. Pero lo más entretenido es el computador de abordo, que Nissan denomina como «Advanced Drive Assist» en 3D a color que entrega información acerca de parámetros claves para el manejo como:
- Reloj
- Kilometraje
- Odómetro
- Autonomía
- Marcha en la que se maneja
- Monitor de seguridad: puertas abiertas
- Velocidad promedio
- Economía de combustible
- Distancia de viaje
- Emisora de radio sintonizada
- Además de poder realizar una serie de ajustes: mantenimiento, alarma,etc.
Al centro de la consola encontramos el sistema de audio con seis altavoces y pantalla de 5″ a color, con reproductor de CD/MP3, entrada auxiliar y puerto USB. Más abajo se ubican los comandos digitales del climatizador bi-zona. Luego se encuentra la manilla giratoria para los modos del sistema de tracción, el bloqueo de diferencial trasero, el control de descenso y el de activación o no del sensor de retroceso.
La palanca de cambios, también va revestida en cuero, al igual que la del freno de estacionamiento. Sobre la palanca selectora, ésta ve realzada su elegancia con aplicaciones satinadas y de piano black. En la parte baja de esta se hallan los botones que regulan la calefacción de los asientos delanteros (en dos niveles), unidos a un portaobjetos o posavasos. Más detalles en la ficha técnica adjunta.
Al lado izquierdo del volante veremos el comando para desconectar el control de estabilidad, el de regeneración forzada del DPF, apertura de la tapa para cargar combustible, además de dos botones: uno que regula la intensidad de la luz del tablero y otro que resetea el odómetro del tablero. La versión LE cuenta con botón de encendido, situado al costado derecho del volante y llave inteligente.
La visibildad es más que óptima desde cualquier ángulo, al igual que el espacio disponible, tanto para los ocupantes delanteros como los que van en los asientos posteriores.
Motor que privilegia la entrega de torque
Mecánicamente es impulsada por un motor turbodiésel, desarrollado por Renault (YS23), completamente nuevo. Su desplazamiento es de 2.300 c.c. y eroga 160CV a 3.750 vueltas, mientras que su torque de 403Nm está disponible entre las 1.500 y 2.500 vueltas. En otros mercados se comercializa un biturbo con 190 CV de potencia con idéntica cilindrada.
Es en este aspecto donde tengo que resaltar, que estamos en presencia de una camioneta orientada a la entrega de torque, lo que se aprecia al acelerarla, donde se aprecia la rumorosidad de su unidad propulsora, la que se ve atenuada cuando la caja engrana una marcha superior y su funcionamiento se torna suave como la seda. No olvidemos que esta planta va asociada a una transmisión automática de siete marchas, de la que no espere una salida quemando neumáticos, sino que una caballerosa, con desarrollos largos, en la que se privilegia la entrega de torque desde las zonas bajas del tacómetro, lo que resultó muy de nuestro gusto, muy acostumbrados a manejar vehículos de prestaciones caballerescas, logrando un consumo en ciudad de respetables 9,4km/l, nada mal para una camioneta de este tipo.
La NP300 emplea un chasis tipo escalera con estructura en doble C, que mejora la rigidez y reduce el daño a causa de fuerzas extremas. Al estar hecho de acero de alta resistencia, mejora su capacidad de carga, su manejo en zonas no asfaltadas y lo hace cuatro veces más durable en el uso diario. Novedad absoluta es su suspensión trasera con eje rígido multibrazo, lo que le da más seguridad y suavidad.
Su sistema de tracción a las cuatro ruedas cuenta con el sistema «Shift on the fly», que permite escoger tres modos: 2WD, 4WD y 4L. Puede usarse circulando hasta velocidades de 60km/h, sin tener que detenerse. La dirección es precisa y directa, sin transmitir vibraciones bruscas ni vibraciones.
En el apartado de seguridad, dispone de frenos de discos ventilados delanteros y tambores posteriores, con sistema antibloqueo con EBD y asistente de ascenso en pendientes, que la mantiene frenada durante tres segundos en una pendiente al soltar el pedal del freno. Su dotación de bolsas de aire (sólo dos frontales en todas las versiones), podría mejorarse con la inclusión de dos laterales o mejor aún: dos de cortina.
En síntesis estamos en presencia de un actor que ha experimentado una sustantiva evolución en lo que a comodidad, calidad, tecnología y motor se refiere, ofreciendo un producto acorde a los tiempos y que no tiene nada que envidiar a un SUV o automóvil. Precio válido al 31 de marzo de la versión probada $24.549.700. Rango de precios de las versiones de la NP 300 comienza en los $13.601.700.-
Fotos: Raúl Farías; Nissan NP300 2.3 LE 4WD 7AT en Naranja imperial.