Sin duda que es una noticia que apena a los amantes de los todoterrenos puros, por cuanto Toyota anunció que a contar de agosto próximo sacará de la línea de producción de la planta de Hamura (de propiedad de Hino Motors), su legendario modelo FJ Cruiser, modelo que se ha comercializado en diversos mercados desde 2006 (incluso el nuestro), salvo el japonés, donde se vende desde diciembre de 2010. El hecho obedece a la paulatina baja de sus ventas, salvo en el mercado australiano, donde goza de buena aceptación. Creemos que su salida del mercado, podría deberse a que los clientes están prefiriendo SUV´s de menor tamaño y con motores más eficientes, en términos de consumo de combustible.
En www.autonoticias.cl decidimos rendirle un pequeño homenaje al modelo, por medio de esta nota. El viernes recién pasado, estuvimos en la sucursal Movicenter de Toyota Portillo, donde pudimos conocer en detalle una de las últimas unidades del modelo en color negro sólido con techo blanco.
Este modelo, debutó como conceptual en el marco del NAIAS (Salón del Automóvil de Detroit) en 2003 como un claro «revival» del recordado FJ40 que Toyota produjo entre 1958 y 1983, cuando fue reemplazado por el Land Cruiser. El FJ40, actualmente es muy buscado por coleccionistas, con precios que incluso pueden superar los diez millones de pesos.
La idea de crear un nuevo FJ empezó a cranearse a mediados de 1990 de parte de Dave Danzer, Planificador de Toyota Motor Corporation, quien trabajó secretamente con Akio Toyoda. Para el diseño de su carrocería ficharon al ex diseñador de Chrysler, Bill Chergosky, personaje que tuvo la misión de liderar el desarrollo del modelo, que hasta ese momento se conocía como proyecto RYU, teniendo en mente reconquistar a clientes con un pefil joven y mayormente masculino. El prototipo fue alabado por parte de la prensa especializada y el público que lo vió en 2003.
El verano de 2004, Toyota empezó a someter los prototipos a duras pruebas en el desierto de Mohave y el exigente Rubicon Trail. El equipo decidió someter destructivas pruebas los primeros modelos de pre producción, a pesar de su alto costo. Debido a ello, se mejoraron los sistemas de control de tracción y la suspensión.
Su exterior se mantuvo sin cambios hasta que se inicio su fabricación, mientras que para hacer del todoterreno menos costoso, el Ingeniero Jefe, Akio Nishimura tuvo que restarle varias de las comodidades pensadas originalmente para su habitáculo. Es por ello que elementos como su palanca de cambios con estilo retro, asientos delanteros plegables y linternas desmontables, eran opciones a pedido.
Dos años más tarde (2005), el FJ Cruiser debutaba en el Salón de Detroit, compartiendo muchos componentes con el 4Runner y Land Cruiser Prado.
Externamente se trata de un todoterreno que intimida por sus dimensiones, las que alcanzan los 4.670mm de largo; 1.905mm de ancho y 1.830mm de alto. Su batalla llega a los 2.690mm. Su ángulo de ataque es de 34º; salida 30º y ventral de 27,4º. Puede vadear pozones de agua de hasta 700mm de profundidad. Monta neumáticos Dunlop Grandtrek de medida 265/75 R18 con llantas de aleación de aluminio con diseño de siete rayos.
Su frontal parece no terminar nunca, con claros guiños al FJ40 original, lo que se aprecia en su parabrisas casi recto, la presencia de tres limpiaparabrisas delanteros, pensados para barrer una máxima superficie y la particular disposición de la máscara y las luces. Una particularidad de este modelo, es que es el único de la marca en llevar el logo de la marca con las clásicas letras del fabricante a lo ancho. Toyota las reemplazó en 1990 por el emblema que vemos en la actualidad en todos sus modelos, salvo este.
El parachoques es muy prominente en color negro, salvo el difusor delantero en simil aluminio, lleva al centro otra toma de aire adicional para enfriar el motor. En los costados del parachoques emergen extensiones de color satinado, en las que se alojan los neblineros delanteros.
Visto de perfil, el FJ Cruiser, muestra un aire de diseño deportivo que parece recordar a un coupé de dos puertas, destacando su techo de color blanco y el empleo de resina negra en toda la zona de los pasos de ruedas, zócalo, sumado a la presencia de estribos laterales que facilitan la entrada y salida al habitáculo. Las dos puertas delanteras son de gran tamaño, mientras que las traseras son de apertura inversa, para que accedan los ocupantes a las plazas traseras. Ante la ausencia de un pilar central, Toyota empleó un acero especial de alta resistencia contra impactos laterales. Llamativos resultan sus grandes espejos retrovisores externos en acabado satinado y con luces de cortesía en la carcasa. Los vidrios laterales trasero y posterior son ahumados. Tiene cuatro guardafangos.
En su zaga, encontramos la sección central en la que va la tercera luz de freno es del color de la carrocería, destacando su rueda de recambio de tamaño normal (con llanta de aleación incluida), los ópticos posteriores rojos que sobresalen por ambos costados y el portalón dotado con una bisagra para facilitar su operación.
El parachoques trasero no luce tan grande como el delantero, pero monta reflectantes y sensores de proximidad para facilitar las maniobras de estacionamiento en reversa. Un detalle no menor es que la sección inferior del portalón lleva recubrimiento de resina para protegerlo de eventuales daños menores.
El habitáculo de por si es muy amplio, sobre todo en las plazas delanteras. La presentación del tablero y consola casi lucen en 90º, con un práctico portamapas sobre el recuadro de instrumentos analógico con información acerca de: tacómetro, velocímetro (en km/h y mph), un sencillo cuentakilómetros/odómetro, además de indicadores de carga de la batería, temperatura del refrigerante, nivel de combustible y posición de marcha de la caja automática.
Al costado izquierdo del tablero encontramos los comandos de regulación de la intensidad lumínica del tablero y los clásicos comandos de ajuste eléctrico de los espejos (muy noventeros). El resposabrazos de la puerta del conductor alberga los comandos centralizados de los alzavidrios delanteros (con bajada y subida de un toque, el del conductor) y el de bloqueo centralizado de las puertas. El volante sólo dispone comando, para ajustar el control de velocidad crucero. Obviamente es regulable en altura (mediante una palanca estilo retro «Tilt»), pero no en profundidad, lo que se compensa con el amplio grado de deslizamiento horizontal del asiento del conductor.
Un elemento que habla de su amistad con la arena y barro, es que todo el piso, incluyendo zona del portaequipajes son plásticas, siendo fácilmente lavables con una hidrolavadora o manguera. Los asientos van revestidos en tela de alta resistencia al trato duro.
La sección central de la consola, sobresalen tres relojes: una brújula, un termómetro y un inclinómetro. Bajo éstos, encontramos dos rejillas de aireación y el reloj digital.
Más abajo encontramos el sistema de audio (de instalación local), además de notorios botones de los hazard y desempañador del vidrio trasero.
Más abajo encontramos los comandos del sistema de calefacción/enfriamiento, con mandos en forma de dial y pulsadores para el A/C y recirculación de aire.
Más abajo, y un tanto fuera del alcance inmediato del conductor, encontramos cuatro botones, en parte relacionados con el manejo fuera de camino: desactivación del control de tracción, bloqueo de diferencial, sistema A-TRAC y cancelación del sistema de sensores de proximidad, además de una toma adicional de 12V. Más detalles en la ficha técnica adjunta.
Entre ambos asientos delanteros, se ubica un posavasos, la caja de transferencia del sistema de tracción (N, L4, H2 y H4), sumado a la clásica caja automática con configuración escalonada, la palanca del freno de estacionamiento, otro portavasos y espacios para dejar objetos.
Resultan llamativas las viseras plegables en los costados, así como las plazas traseras con capacidad para tres ocupantes.
Mecánicamente este modelo, a lo largo de estos diez años, ha empleado el motor bencinero 1GR-FE de 4 litros de desplazamiento, con 24 válvulas DOHC y seis cilindros en V. Eroga 240 caballos de fuerza a 5.200 vueltas, mientras que su par de 376Nm llega cuando el tacómetro toca las 3.700 vueltas. Va acoplado, en el caso de esta versión a una caja automática de cinco relaciones con caja de transferencia A750F VF2A en modelos 4×4 a tiempo parcial. Esta caja, memoriza los hábitos de conducción, para aprovechar la potencia del propulsor y el torque. También estuvo disponible una caja de cambios manual de seis velocidades.
El sistema de tracción integral a tiempo parcial, puede ser usado a gusto y requerimiento de quien lo maneje. El control de tracción TRAC, regula la velocidad de giro de las ruedas que traccionan, frenando la o las ruedas que patinen. El sistema A-TRAC entra en operación cuando se maneja en L4, deteniendo las ruedas que patinan, y pasando el torque y potencia a las que no.
Dentro de las ventajas del sistema de tracción integral parcial están: pasar de tracción trasera a tracción total sin tener que parar el FJ, circulando hasta 80 km/hr, pudiendo pasar del 100% del torque en el eje trasero a 50/50 entre ambos ejes.
En el item de seguridad, destacan sistema de frenos de discos ventilados en las cuatro ruedas con sistema ABS y EBD, bolsas de aire frontales de multietapa, y laterales del tipo cortina. Su valor $28.590.000.-
Las impresiones de un ex propietario que tuvo dos ejemplares
Gabriel Baeza, experimentado jeepero y redactor del sitio especializado Rutamotor, tuvo la oportunidad de ser dueño de dos ejemplares, uno Lujo automático y un Limited Mecánico, y los que además pude utilizar en manejo off road intenso.
Gabriel nos comenta que el FJ transmite toda la rudeza y estirpe de la marca en su tradición de 4×4 de verdad. Si bien comparte componentes con sus hermanos de gama 4Runner y Land Cruiser Prado, como su chasis, motor y suspensión, la manera de utilizarlos gracias a su menor peso, mejores ángulos y opciones de accesorios, entrega una experiencia diferente a su dueño
Lo primero es un manejo muy ágil, diferente de lo que uno podría pensar al ver su diseño, gracias a su potente motor V6 de 4.0 litros, su excelente suspensión muy estable, pero que funciona de maravilla en cualquier terreno y todas las asistencias al manejo disponibles. El espacio interior es muy bueno, pero hay que decir que si ofrece algunos problemas para los pasajeros traseros, que deben ingresar por un espacio menor al de un 4 puertas tradicional y a la menor superficie vidriada, que en momentos de manejo extremo, puede incidir en un paseo menor agradable sentados atrás.
Por otro lado, su espacio de carga es muy bueno, además de ofrecer un piso de goma muy limpio y practico de limpiar en caso de salidas a caminos no pavimentados.
En resumen, ofrece una experiencia más cerca a los orígenes del todo terreno, con pocas concesiones al confort de manejo (sin ser duro), simpleza de manejo, buen comportamiento general y un diseño que enamora a los amantes del todo terreno y de la tradición off road de la marca. Una lástima que este icónico modelo vaya a desaparecer y dejar un espacio en ese segmento cada día más pequeño del mercado, pero que disfruta tanto de su manejo.
Fotos: Raúl Farías; Versión fotografiada: FJ Cruiser 4.o Limited AT Blanco/Negro.