Porsche afirma con certeza absoluta que la segunda entrega de su sedán deportivo premium Panamera 2017, representa lo mejor de dos elementos que podrían ser contradictorios: Un Gran Turismo que reúne las prestaciones de un auténtico deportivo con el confort de un gran sedán de lujo. La fábrica de Stuttgart, dice que esta segunda generación está llamada a ser un vehículo emblemático dentro de los autos de gama alta.
Su fabricante se ha preocupado de mejorar hasta el último detalle en el nuevo Panamera 2017, optimizando motores y transmisiones, perfeccionando su chasis, además de reinterpretar sus elementos de control y pantallas.
Presenta un interesante abanico de novedades como son el eje trasero direccional (presente en el nuevo 911), compensación activa de balanceo y una suspensión neumática con tres cámaras de aire.
En términos de propuesta estéticia, con sólo verlo, sabemos que estamos en presencia de un Panamera, lo que se aprecia en sus largas proporciones dinámicas, hombros marcados, perfil atlético, junto con una línea de techo que comunica la sensación de velocidad, junto con ser 20mm más baja en la parte de atrás que su predecesor, lo que se explica para unirlo visualmente con el diseño del 911.
Su habitáculo sigue siendo reconocible como el de un Porsche, pero ahora fue reinterpretado de cara al futuro. Ello se aprecia en las superficies con paneles negros y las pantallas interactivas que se combinan con una interfaz muy clara e intuitiva, siendo de uso muy similar al de una Tablet o teléfono inteligente.
Esa clásica botonera e instrumentación convencional fue reducida de manera importante, dando paso al Porsche Advanced Cockpit, que transforma el mundo analógico en digital, sin quitar el componente pasional. El tacómetro situado al centro del tablero es un claro guiño al Porsche 356A de 1955.
Todos sus propulsores fueron sometidos a un rediseño, logrando ser más potentes, pero reduciendo su consumo de combustible y emisiones de CO2. Se incorporaron tres nuevos motores biturbo con inyección directa. Todos, incluido el diésel por primera vez, podrán ordenarse con el sistema de tracción integral permanente y la transmisión PDK de ocho relaciones. El Panamera Turbo monta un motor V8 con 550 CV de potencia, mientras que el Panamera 4S equipa un motor V6 de 440 CV. El 4S diésel opta por un V8 de 422CV con 850Nm de par máximo.
El lograr las prestaciones de un deportivo con el lujo de un gran sedán, se logró mediante la adición de una suspensión neumática adaptativa, que emplea la nueva tecnología de tres cámaras de aire e incluye el Porsche Active Suspension Management (PASM o control electrónico de amortiguadores). Otro sistema disponible es el mejorado chasis dinámico deportivo (Porsche Dynamic Chassis Control Sport o PDCC Sport), del que forma parte el reparto selectivo de par a cada rueda (Porsche Torque Vectoring Plus o PTV Plus) y la estabilización activa del balanceo, así como una nueva dirección electromecánica.
El 4D Chassis Control integrado analiza y sincroniza todos los sistemas del chasis en tiempo real y optimiza el rendimiento en carretera del nuevo Panamera. Gracias al eje trasero direccional, un elemento nuevo en este modelo que ha sido adaptado del 918 Spyder y del 911 Turbo, Porsche también lleva la precisión de la dirección y el comportamiento de los vehículos deportivos a la categoría de los Gran Turismo. El rendimiento de los frenos también se mejoró.
El nuevo Panamera incorpora una serie de sistemas de asistencia al manejo, ya sea de serie u opcionales. Por ejemplo, el sistema de asistente de visión nocturna usa una cámara visión térmica para detectar animales y personas, que proyecta como indicador de peligro en color en el puesto de manejo.
Si lo pide con los nuevos faros Matrix LED, las personas que están más allá del campo visual del haz de luz, son iluminados brevemente, lo que permite al conductor reaccionar más rápido ante un peligro de atropello.
Quien mira especialmente lejos dentro de la carretera es el nuevo Porsche InnoDrive, que incluye el control de crucero adaptativo. Basado en los datos de navegación, en las señales de radar y en las cámaras, evalúa y pone en funcionamiento la aceleración y deceleración óptimas, así como la marcha adecuada y las fases navegación a vela, para los siguientes tres kilómetros. Para hacerlo, este copiloto electrónico tiene en cuenta las curvas, las pendientes de la calzada y los límites de velocidad.