Un matutino estadounidense, Daily Mail, publicó hace unos días una nota acerca del despido injustificado del que fue objeto un experimentado vendededor de Ferrari en Palm Beach, Miami, Robert Bud Root, luego de que fuese sustituido en su puesto por la esposa del dueño del concesionario de automóviles de la marca italiana.
Pero el tema no se redujo sólo a un tema de orden laboral y contractual, sino a que el ex funcionario descubrió la posbilidad de poder alterar el cuentakilómetros digital de éstos superdeportivos.
El caso estallo a raíz de la venta de un Ferrari LaFerrari que perteneció a Steven McMillan, ex Director ejecutivo de Sara Lee Corporation, que pasó a quedar «cero kilómetro», luego de la alteración de su cuentakilómetros.
El modus operandi sería el siguiente: Por medio del computador de diagnóstico, Deis Tester, la marca habría dado la autorización respectiva para realizar este tipo de operación, con lo que el tema escalaría a niveles de presunto fraude.