Autos con Historia
Toyota Previa 2.4 LE 1991: Una Minivan adelantada a su tiempo

[vc_row][vc_column][vc_column_text] La veíamos a menudo estacionada en una céntrica calle de nuestra capital. Cómo no era fácil detectar a su dueño, decidimos dejarle un mensaje en el vidrio, manifestándole nuestro interés por reportear este interesante y exótico monovolumen de Toyota. Indagar en su historia no nos resultó para nada fácil, puesto que la información relativa al modelo es escasa, llegando incluso a tener que investigar en le hemeroteca de la Biblioteca Nacional. Nos referimos al Toyota Previa, del que reporteamos la versión 2.4 LE fabricado en 1991.
Toyota apostó por un diseño futurista con el empleo de un motor central. Sus líneas fueron obra de Tokuo Fokuichi, que ahora es jefe global de diseño de Lexus. Su nombre alude al término italiano «Previdenza», que significa providencia o previsión. En su mercado de origen se conoce como Estima, mientras que para los de exportación se llamó Previa. Fue fabricada hasta 1997 cuando es reemplazada por el Toyota Sienna.
Su orgulloso dueño, Sr. Daniel Valenzuela, nos comenta que la adquirió en 1998 en la Automotora Víctor Manuel Palacios. Su anterior propietario fue un funcionario internacional de la embajada norteamericana. «La ví, la probé y quedé encantado», señaló Valenzuela. Nos cuenta que le ha servido mucho para viajar con su familia, llegando hasta Argentina y Uruguay en ella. «Su andar es espectacular, con asientos muy cómodos. El hecho de que tenga control de velocidad crucero me hace descansar a la hora de enfrentar trayectos extensos».
Haciendo un análisis de sus líneas, tenemos un frontal donde resalta la generosa superficie vidriada de su parabrisas delantero sutilmente ahumado, con la presencia de dos limpiaparabrisas de barrido invertido (desde dentro hacia fuera del parabrisas). Dispone de un capó, que da acceso a elementos fundamentales del motor como son: batería, estanque del depósito del lavaparabrisas, depósito de aceite del motor y caja de fusibles, puesto que su motor se esconde bajo los asientos delanteros.
Para darle mayor destaque a su carrocería, Toyota optó por usar un bitono, negro en el caso del ejemplar que nos convoca, presente en su paragolpes, además de los revestimientos laterales inferiores, que hace las veces de protectores de las zonas del zócalo y laterales del auto. Otra toma de aire adicional que refrigera el motor, se encuentra en la parte inferior central del parachoques delantero.
Una banda de color negro, marca el límite entre la superficie vidriada y la de acero. Los vidrios laterales traseros son amplios y presentan terminación «Privacy Glass», algo que también tenían sus competidoras de la época como eran Chevrolet Astro, Ford Aerostar y la citada Oldsmobile. Se accedía a su habitáculo accionando dos manillas de color negro, dispuestas de manera horizontal. Las ventanas laterales tiene la característica de ser pivoteables desde el interior.
Su zaga está presidida por la presencia de un spoiler superior. Nuevamente encontramos un amplio vidrio posterior, ahumado también, cuya impecable presencia estaba garantizada gracias a la presencia de un limpiaparabrisas posterior.
Los ópticos traseros están dispuestos como una franja que recorre todo el ancho del vehículo, en combinación rojo/naranja, dejando el espacio algo justo para la placa patente al centro. Se reconoce como un Toyota por la presencia del logo de su fabricante, en el capó y en el portalón trasero, sumado a la presencia del monograma Previa LE sobre el óptico trasero izquierdo.
Sus cotas alcanzan los 4.750 mm de largo; 1.800 mm de ancho; 1.780 mm de alto y una batalla que llega a los 2.860 mm.
El revestimiento interno de las puertas delanteras es en parte textil. Al alcance de la mano del conductor están los mandos del los alzavidrios eléctricos delanteros. Más abajo, en la zona del portamapas, encontramos el comando para ajustar los espejos exteriores y bloqueo centralizado de puertas.
Alrededor del volante encontramos una serie de palancas, siendo la más atípica aquella que controla la transmisión de cuatro marchas. Otros comandos agrupados en su entorno son los de señalización, luces, regulador de altura del volante, comando de los limpiaparabrisas y velocidad crucero.
Inmediatamente debajo encontramos el sistema de audio marca Toyota con sistema reductor de ruidos Dolby y seis memorias de operación digital. Sobre el espejo retrovisor interior, encontramos un pequeño plafonier que agrupa el reloj digital y la luz de lectura central delantera.
Toyota no escatimó en presentar su habitáculo con terminaciones de alta calidad, como son sus cinturones delanteros regulables en altura, revestimientos internos revestidos en material textil.
Sin embargo, lo más llamativo es su propulsor dispuesto de manera central. Se trata de un motor 2TZ-FE, bencinero con un desplazamiento de 2.438 c.c., cuatro cilindros, 16 válvulas DOHC, él que tiene la gracia de que va montado sobre su costado en un ángulo de 75º, debajo del piso. Este propulsor eroga una potencia de 138 HP a 5.000 vueltas, mientras que su par motor alcanza los 204 Nm a 4.000 rpm.
Pudimos hacer un pequeño test drive de la Toyota Previa, comprobando la eficiencia de su suspensión independiente, Mc Pherson delantera y cuatro articulaciones con una varilla Panhard posterior, otorgando una calidad de marcha que ponía a la Previa a la cabeza de sus competidores de esos años. La capacidad de frenado estaba garantizada por la presencia de frenos de discos delanteros y tambores traseros (opcionalmente se podía ordenar con discos posteriores), obviamente apoyados por sistema ABS.
Fotos: Raúl Farías; Toyota Previa 3.0 LE en Blanco.[/vc_column_text][vc_gallery type=»image_grid» images=»81182,81181,81180,81179,81178,81177,81176,81175,81174,81173,81172,81171,81170,81169,81168,81167,81166,81165,81164,81163,81162,81161,81160,81159,81158,81157,81156,81155,81154,81153,81152,81151,81150,81149,81148,81147″][/vc_column][/vc_row]