Por espacio de un día, gracias a una gentileza de Automotores Fortaleza, nos pusimos tras el volante del modelo tope de línea de su gama de crossovers: X55, vehículo que se suma a los X25 y X35, pertenecientes a esta misma tipología, que se suman a los UP HB y el furgón ligero Plus. Recordemos que el X55 fue estrenado «en grande» en marzo pasado en la IV Región de nuestro país.
Tratándose de un vehículo de origen oriental, sobre BAIC podemos contarles que se trata de una marca, presente en Chile desde finales de 2014, que tiene como ventaja comparativa el hecho de contar con piezas procedentes de los mejores lugares del mundo. Lo anterior lo avala el hecho de que BAIC sea el encargado de fabricar vehículos Mercedes Benz en China (Beijing Benz Automotive Co., Ltd), lo cual es una interesante carta de presentación en cuanto a la calidad y fiabilidad de sus productos. Sin embargo, sólo el tiempo tendrá la última palabra. Lo anterior cobra suma importancia, por cuanto su importador se trazó para el presente año un ambicioso desafío: pasar desde las 886 unidades comercializadas el año pasado a 2.300 ejemplares durante este ejercicio. Credenciales para lograrlo las tiene.
No habíamos tenido oportunidad previa de verlo en «vivo y en directo», por cuanto a su lanzamiento enviamos como corresponsal a nuestro fotógrafo Alexis Manríquez. Tratándose de un crossover mediano que compite con un amplio abánico de modelo de su misma procedencia, entre los que destacan: el recién lanzado Chery Grand Tiggo, DFSK 580, Great Wall H6, Haval H2 y JAC S5, al abordarlo nos transmite la sensación de estar dentro de un vehículo mucho más grande.
Su diseño fue encargado a la prestigiosa casa de diseño del Grupo Bertone, que en nuestra opinión luce mucho más atractivo que sus hermanos X25 y X35. Presenta un frontal que nos recuerda en cierta medida al de otro de sus compatriotas, pero del segmento de los SUVs, con una grilla principal con contornos cromados y el logo de la marca al centro rodeado por dos alas, también cromdas y en relieve que van sobre un panel negro. La parte superior es recta, mientras que la inferior traza un sutil V. Este elemento va flanqueado por dos ópticos halógenos afilados y de superficie generosa, apoyados por luces diurnas LED. Cada óptico agrupa luces de posición, bajas, altas, diurnas e intermitentes.
El parachoques delantero exhibe ligeras protuberancias en las esquinas y el espacio donde se alojan los neblineros delanteros circulares, con un encastre de resina negra que sobresale del conjunto. La zona del portapatente también tiene resina negra, elemento que se reitera en buena parte de los bajos y zócalo del auto, a excepción de los difusores delantero y trasero, que van revestidos en gris satinado.
De costado se hacen evidentes sus líneas ascendentes, destacando el efecto visual del paso de ruedas delantero que luce más grande que el posterior, teniendo presente que calza neumáticos GiTi Comfort SUV 520 de medida 215/60 R17 con llantas de aleación bitono (gris cepillado/negro lacado) con 5 rayos dobles, que proporcionan un andar muy suave, sobre todo a la hora de sortear algunas irregularidades presentes en los pavimentos de nuestra capital.
Las dos nervaduras presentes en el capó se extienden por el pilar A trazando una línea de techo que desciende sutilmente hasta el pilar C. Vemos también la presencia de dos líneas de cintura ascendentes: la primera nace desde la parte superior del paso de ruedas delantero, extendiéndose por la puerta delantera a la altura del tirador, mientras que la segunda se origina en la puerta delantera, bajo la primera hasta fundirse con el lateral del óptico trasero.
Otros detalles que resaltan su vista de perfil son el roof rail satinado en el techo y la presencia de la ornamentación cromada que hace las veces de «frontera» entre la zona vidriada y el acero de las puertas. Nos gustó que la parte baja de las puertas contase con revestimiento de resina negro, que protege la carrocería ante eventuales portazos, topones menores o agresiones de la gravilla, al transitar por zonas de calamina. Nos llamó la atención que sólo el costado derecho trasero (altura de la puerta trasera) llevase la monografía turbo y no en ambos costados. Tampoco lo señala en las grafías cromadas del portalón trasero.
Visto por detrás, pasa casi inadvertida (creemos que por la altura del auto), su antena fija tipo aleta de tiburón, que va tono con el color de la carrocería. El portalón trasero es presidido por un generoso spoiler superior, en cuyo borde central encotramos la tercera luz de freno LED. La zona vidriada luce ancha, lo que puede hablar de un campo visual trasero amplio, pero que desde dentro no resulta ser tan así. Lógicamente dispone de limpialuneta trasero de una velocidad.
La zona media del portalón presenta un suave repliegue que pensamos hace las veces de spoiler adicional. Las luces traseras con bordes LED lucen actuales, además de ser vistosas para el resto de los conductores. Van unidas por un grueso bisel cromado, en cuyo centro superior se erige el logo del fabricante, además de un generoso espacio disponible para la placa patente.
Una particularidad es que la boca de apertura ocupa buena parte del paragolpes trasero, lo que hace más fáciles las labores de carga y descarga del equipaje o vituallas. La combinación bicolor del parachoques (color del auto y resina negra) da la impresión de que el parachoques estuviese situado más bajo, sensación que se ve reforzada por la presencia de los neblineros traseros dispuestos horizontalmente. Finalmente la doble salida de escape, es reforzada con la presencia del difusor de aire satinado trasero.
Analizando su habitáculo, éste nos resultó mucho más llamativo que el de otros modelos de la misma marca, partiendo por las aplicaciones satinadas en los revestimientos internos de las puertas, con cierta presencia de materiales blandos (ecocuero) en la zona aledaña al apoyabrazos, que podría tener revestimientos de este tipo. Se agradece la inclusión de luces de cortesía en las puertas, algo poco habitual en autos de este origen. El comando del espejo, tipo perilla, nos resultó aconstumbrarnos, pero es una cosa que se subsana con el tiempo. Al estacionar en lugares estrechos, se pueden plegar eléctricamente.
La cabina es bastante amplia, con buenas cotas de espacio para las piernas y cabeza, tanto en las plazas delanteras como traseras. Esta sensación de espacio es apoyada por la presencia en esta versión de un generoso techo panorámico, cuya sección delantera se abre por completo, y sin tener que sobreponerse por sobre el techo normal, como acontece en otros vehículos, si no que a la manera tradicional.
En relación al puesto de mando, la postura de por sí es elevada, pero permite tener un control total de lo que sucede en nuestro entorno. Los asientos van revestidos en ecocuero con pespuntes rojos. Nos hubiese gustado que el mando para regular la altura del asiento fuese una palanca y no uno giratorio que resulta incómodo de operar. Reiteramos la sensación señalada al inicio de este reporte, de estar abordo de un auto de grandes dimensiones.
El tablero, volante y plafonier lucen atractivos, aunque de inmediato echamos en falta la ausencia en los mandos satelitales del timón, del control de velocidad crucero. Denota de inmediato que ha habido preocupación por parte de sus desarrolladores en pos de entregar un producto de calidad.
El cuadro de instrumentos presenta dos relojes analógicos con una gráfica dispuesta de manera circular: tacómetro y velocímetro, que destacan por el empleo de tres colores: blanco, azul y naranja. Al centro destaca el computador de abordo monocolor que informa acerca de: temperatura del refrigerante del motor, nivel de combustible, odómetro, cuentakilómetros, puertas abiertas, marcha atrás engranada, autonomía, temperatura exterior, consumo de combustible promedio (en litros cada 100 km), además de un gráfico de consumo instantáneo.
Del lado derecho del volante encontramos mandos satelitales que operan el sistema de audio: volumen, cambio de estaciones y recibir o no llamados. Nos gustó el grip del volante, también terminado en ecocuero con pespuntes rojos.
El plafonier superior del techo dispone de luces interiores delanteras dispuestas en forma de U, además de dos comandos que permiten accionar por separado el techo y su cortinilla eléctrica.
La sección central de la consola presenta las clásicas rejillas de aireación, con un toque de elegancia retro: la presencia de un reloj analógico. Inmediatamente bajo ella, encontramos la pantalla táctil de 7″, pero que cuenta con botones en ambos costados, para quienes no estén habituados a tanta tecnología. Todo su contorno está acabado en negro piano black brillante. Luego encontramos el interruptor de los «Hazard» e inmediatamente debajo los comandos climatizador automático unizona con pantalla digital, resaltado con biseles cromados.
Más abajo encontramos un área portaobjetos, además una toma de 12v, un puerto USB y otro HDMI. La zona del túnel central, entre ambos asientos delanteros también presenta el acabado piano black, con la caja de cambios con pomo cromado, revestimiento del fuelle en cuero con pespuntes rojos, y el botón de desenganche del freno de estacionamiento cromado. Dispone de un reposabrazos central con portaobjetos, que tiene la desventaja de que parte del espacio es ocupado por el freno de estacionamiento, elemento que podría ser mejorado.
En cuanto a su mecánica, el BAIC X55 es propulsado por un motor bencinero turboalimentado de 1.499 c.c. de desplazamiento, de origen Mitsubishi (4A91T), que entrega 148 HP y 210Nm de torque. Éstos últimos recién se advierten cuando el tacómetro toca las dos mil vueltas, otorgando un desempeño que nos da la sensación de que estamos manejando un auto más potente.
La sincronización y desarrollo de las relaciones nos resultaron adecuadas, otorgando un andar confortable, que se explica por la presencia de la caja GETRAG manual de seis relaciones, sumado a la presencia de un sistema de dirección asistida eléctricamente que hace que su uso en ciudad nos resulté del todo agradable. Aunque no tuvimos oportunidad de probarlo en tramos de carretera, pero si de autopistas urbanas, advertimos que la dirección se torna más dura en la medida que aumentamos la velocidad de marcha. En ciudad logramos un rendimiento promedio de 9,1 km/l, mientras que el homolgado por el 3CV en carretera es de 15,9 km/l y 13,8 km/l promedio.
Finalmente, podemos señalar que el BAIC X55 se suma al grupo de modelos altamente recomendables por equipamiento, andar, materialidad
Fotos: Raúl Farías; BAIC X55 1.5T Elite en azul eléctrico.