El BMW i3s emplea un sistema de control de tracción adaptado específicamente a la entrega de potencia instantánea del motor de este pequeño urbano eléctrico.
El sistema mejora la tracción y la estabilidad en condiciones meteorológicas y de carretera adversas al arrancar, en fases con el sistema Brake Energy Regeneration activo y al acelerar para salir de las curvas cerradas. En el centro de esta innovación se encuentra la respuesta 50 veces más rápida del sistema de control. Esta es posible gracias a que, a diferencia de los sistemas de estabilidad convencionales, el proceso de control se calcula ahora directamente en el sistema de propulsión en lugar de hacerse en una unidad remota, que requiere un largo recorrido de las señales.
El impacto positivo de estos ciclos de control más cortos no es privativo de los autos eléctricos, por cuanto este sistema de control de tracción optimiza la motricidad, estabilidad y el dinamismo de manejo de vehículos con motor a combustión. Por lo que se espera sea incorporado a los modelos BMW y MINI con tracción delantera, trasera y total en el corto y mediano plazo.