Primero le correspondió el turno al Insignia GSi, ahora llega a continuar la tradición el pequeño Corsa, un hatchback de tres puertas que pasa a ser un virtuoso de las zonas reviradas, gracias a su chasis deportivo, puesto a punto en Nordschleife, el circuito de Nürburgring (Alemania), cuyo diseño exterior da cuenta de que es un «hot hatch», perfecto para el uso diario.
Sus líneas resaltan gracias a sus entradas de aire de grandes dimensiones, un capó esculpido, un prominente spoiler trasero y marcados faldones laterales en la zona del zócalo. Su frontal presenta una gran máscara tipo nido de abejas, con el Blitz de Opel al centro, soportado por dos alas cromadas, junto con las carcasas de los espejos retrovisores externos revestidas en imitación de fibra de carbono, lo que realza su aspecto deportivo.
Los grandes elementos decorativos con el reborde en cromo que conectan visualmente a través de una línea horizontal negra recorren todo el frontal, junto con los detalles negros bajo el capó, aumentan la impresión de un deportivo pegado a la carretera. Este deportivo estilo está presente también en la parte trasera. El marcado spoiler en el borde del techo ayuda a ofrecer más apoyo, la salida cromada del escape está integrada en el atractivo diseño del paragolpes trasero en el mismo color de la carrocería.
El auténtico ambiente deportivo se refleja igualmente en el interior del modelo. El conductor va cómodamente sentado en un baquet Recaro opcional y apoya sus manos en un volante deportivo. Cambia de marcha a través de una palana forrada en cuero y apoya sus pies en unos pedales de aluminio, para comenzar a disfrutar. El Corsa GSi también transmite auténtica precisión: el chasis deportivo heredado de la versión GSi y los discos de freno con pinzas pintadas en rojo dan su toque de deportividad al mismo tiempo que aseguran un comportamiento intachable y unas distancias de frenado reducidas cuando se combinan con llantas de aleación de 18″.