La firma japonesa reveló los primeros antecedentes técnicos e imágenes correspondientes a la segunda generación del popular todoterreno, modelo que llega a reinterpretar las formas de sus predecesores, con líneas modernas que traen la esencia del Jimny al Siglo XXI.
De partida su frontal destaca por su generosa máscara con cinco ranuras dispuestas verticalmente, flanqueadas por inconfundibles ópticos delanteros circulares integrados, recordando mucho al Samurai, lo que realza su generoso ángulo de entrada y amplio despeje del suelo.
De costado vemos que sus grandes pasos de ruedas con protectores sobresalen, además de la presencia de líneas limpias y planas, destacando la elevada línea de cintura, junto con la presencia del detalle de diseño en la parte baja de las ventanas laterales de las puertas.
Su zaga se reconoce perfectamente como la de un Jimny, con grupos ópticos en los parachoques y bien guarnecidos, además de mantener el inconfundible portalón de apertura lateral, con la rueda de repuesta exterior anclada a él.
Su cabina mantiene la misma filosofía que Suzuki denomina como «retrofuturista», marcada por la presencia de elementos que señalan la identidad del modelo, sumado a tecnologías de conectividad e información. Es así, como el cuadro de instrumentos conserva las dos grandes esferas enmarcadas en biseles cuadrados, ya vistas en modelos como el SJ o Samurai.
En la zona superior de la consola central se dispuso la presencia de una gran pantalla táctil que maneja información del GPS, teléfono, computador de abordo, sistema de sonido y conectividad. Debajo se agrupan los mandos de la climatización, con grandes roscas de sencillo manejo; y una fila de botones de diseño retro con otras funciones.
Suzuki informa que la nueva generación está fabricada sobre un robusto bastidor de largueros y travesaños, con suspensión delantera de eje rígido y posterior de igual tipo, pero con tres brazos, para efectos de lograr la máxima eficacia fuera del asfalto.