Este particular hatchback/liftback de tres puertas (2+1) que llega en su segunda generación, tuvo su estreno en nuestro mercado a finales de agosto de 2011, como relevo del recordado «Tiburón», vendiendo el primer embarque de 300 unidades en apenas tres días, mientras que en Chile desde 2011 a la fecha, Automotores Gildemeister ha comercializado poco más de 5,300 unidades del modelo en Chile. Esta primera generación entró muy bien en todos los segmentos, pero con el correr de los años fue perdiendo el atractivo que tenía, por lo que ya se extrañaba la renovación completa.
Este complemente nuevo modelo 2019 presenta mejoras exteriores, en su interior y sobre todo en sus nuevva gama de plantas propulsoras: el 2.0 MPI de 147 caballos y el esperado 1.6 turbo GDI de 201 caballos, asociados a cajas mecánicas de seis marchas y automáticas con igual número de relaciones.
Junto con el estreno de la segunda generación del coupé coreano de tres puertas, pudimos realizar una toma de contacto que nos llevó hasta la zona de Panquehue, V Región, para lo cual nos fue asignada la variante de entrada de la gama: Veloster 2.0 Value con caja manual de seis velocidades. Pudimos probarlo en ambiente urbano y de autopista.
Esta segunda generación creció y suma nuevas dimensiones llegando ahora a los 4.240 mm de largo (+20 mm), 1.800 mm de ancho (+10 mm) y 1.409 mm (+10 mm), mientras que su batalla se mantiene en 2.650 mm, al igual que su capacidad para cuatro pasajeros. Su maletero, en tanto, ofrece una capacidad de carga de 303 litros.
Como la marca lo dice, «el Veloster fusiona el atractivo diseño de un coupé deportivo con la versatilidad de una puerta trasera adicional para el lado del pasajero en una configuración asimétrica de dos más uno para un acceso más fácil al asiento trasero». Ahora, en esta segunda generación y visto desde el frente, se aprecian las mejoras, se ve algo más agresivo. Es así como en su frontal, los faros LED disponibles y las luces de circulación diurna LED dan un mejorado diseño a toda la rejilla. Gran parte del rediseño se deriva de proporciones y volúmenes que fueron mejorados; la nueva forma transmite claramente un rendimiento dinámico enfocado, incluso quieto. Ahora, su postura es más muscular, con defensas de mayor volumen y arcos de ruedas para una apariencia más plantada.
Por el costado mantiene esa linea de cintura muy alta con poca zona vidriada (que repercute en su visibilidad, apenas correcta) y unas nuevas llantas en forma de boomerang gris grafito para esta versión que me gustan, lo hace lucir deportivo.
Atrás mantiene su característico vidrio posterior, que otorga una visibilidad limitada en cierto grado, por lo que se depende más de los espejos retrovisores externos, mientras que presenta una única salida cromada en las versiones equipadas con el motor de 2 litros y doble para el turbo 1.6 GDI.
El diseño asimétrico se transmite al interior, centrado en el conductor. Al abordarlo, para personas que son de estatura alta, tienen que ajustar el asiento en la posición más atrás o más baja posible. Nos hubiese gustado que la regulación en altura del volante contase con un grado más, pero a poco andar nos acomodamos naturalmente. Es muy recomendable ajustar bien los espejos externos, puesto que éstos resultan vitales en las maniobras de cambio de pista.
La postura de manejo es muy cercana al suelo, que denota su carácter deportivo. Los asientos de tela, bicolor (negro/gris claro al centro) con pespuntes celestes, nos otorgan una sujeción correcta durante maniobras evasivas. No resultan para nada incómodos durante viajes largos. Eso sí, al momento de hacer la correspondiente sesión de fotos, probamos las plazas traseras, las que no son recomendables para personas que superen los 1.80 mt de altura. Un detalle mejorable es el posavasos central trasero, que podría esconderse en un reposabrazos rectráctil al centro del respaldo trasero, optimizando el espacio para los ocupantes de estas plazas.
El volante tiene un grip agradable dado por su revestimiento en cuero, además de permitir una visión clara del cuadro de instrumentos. Dispone de nueve teclas: seis del lado izquierdo que permiten comandar el sistema de infoentretenimiento, contestar o realizar llamadas y ajustar el volumen. Del lado derecho se comandan las funciones del computador de abordo.
El cuadro de instrumentos presenta la información de manera análoga con dos relojes circulares: tacómetro y velócimetro con fondos del tipo de bandera a cuadros con gráfica blanca, agradable a la vista y muy legible. Lo mismo acontece con el cluster del computador de abordo, que incluso nos informa al momento de engranar reversa, con el radar de proximidad trasero, que es complementado por la cámara de retroceso.
La consola al centro, presenta una nueva pantalla flotante de 7″ en esta versión, compatible con Android Auto y Apple Car Play. Pensando en aquellos no familiarizados con las pantallas táctiles, bajo ella se ubican comandos para operar el sistema de manera manual, incluso con dos perillas, que permiten ajustar el volumen y cambiar de radioemisora. A esta misma altura, del lado izquierdo se ubica el botón de encendido/apagado del motor.
La versión probada tenía sistema de aire acondicionado manual, que cumple su función eficiente y silenciosamente. Más abajo hay un conector para encendedor, un puerto USB y otro AUX, además de otro destinado a cargar equipos electrónicos. Hay una zona portaobjetos con superficie antideslizante, suficiente para llevar un par de lentes y dos celulares cómodamente. La palanca de cambios resulta intuitiva y fácil de operar. Se agradece que disponga de un botón en la parte delantera del pomo para engranar la reversa, que evita el ponerla de manera involuntaria al confundirla con la primera.
En esta segunda generación, debutan dos nuevas motorizaciones para el Veloster. La primera es un bloque de 1.999 cc que eroga 147 caballos de fuerza a 6.200 rpm y 179 Nm de torque a 4.850 revoluciones, el que puede ir asociado a una transmisión manual o automática de seis marchas. Esta es la unidad que probamos en su lanzamiento.
En tanto, la versión tope de línea equipa el esperado motor de 1.6 turbo que entrega 201 hp a 6.000 rpm y 265 Nm de torque entre las 1.500 y 4.500 vueltas. Este propulsor que va asociado exclusivamente a una transmisión automática de doble embrague y siete relaciones, con la que es capaz de alcanzar los 100 km/h en 7,1 segundos. No estuvo disponible en la jornada.
Esta unidad la probamos por más de 100 kilómetros, lo que nos sirvió para tener algunas sensaciones. Básicamente este Veloster 2019 es bastante más ágil que antes, y desde las versiones de entrada como esta 2.0L de 147 caballos en su equipamiento Value. Básicamente es bastante estable, aplomado en carretera en donde se nota su agilidad. Entre 80 a 120 km/h la recuperación es muy rápida, el que obviamente se nota si lo llevamos ágil en carretera, en donde fue gran parte de esta toma de contacto. No le medimos consumo, porque lo llevamos muy poco. Esta homologado con un consumo en ciudad de 10,4 km/l y de 17,9 km/l en carretera, generando un mixto de 14,2 km/l.
El tacto de la caja mecánica me gustó bastante, es suave y con engranajes precisos, es de desarrollo más bien cortos, que permiten aprovechar bien la respuesta de este 2.0L. Por otro parte, el tacto de los frenos son bastante potentes, discos adelante y atrás, con un tacto del pedal algo «nervioso», hay que frenar poco con el pedal, hay que saber dosificarlo. Mostraron cero fatiga en todo el manejo.
Sobre su tenida de ruta, las sensaciones que entrega manejarlo, diría que es más deportivo que un Elantra, se siente más aplomado, me gustó como van en carretera. Tiene el equilibrio preciso para no ser un compacto ni duro ni blando. No se va de punta y tiene buen balanceo, acá se nota el trabajo en la suspensión, de hecho se reemplazó la barra de torsión por una multilink atrás, derivado del actual Elantra.
En conclusión, el nuevo Veloster mejora todos los puntos débiles del anterior modelo. Es decir, un mejor diseño, mayor espacio interior, mejor equipamiento y sobre todo unos renovados motores, desde sus modelo de entrada. Habrá que esperar para sentir como se comporta la versión turbo para tener una visión general de todos los modelos.
Fotos: Raúl Farías; Hyundai Veloster 2.0 Value 6MT en blanco tiza.