La quinta generación del sedán mediano de Subaru, fue estrenada mundialmente en el Salón de Nueva York en marzo de 2016, como MY17. Su llegada a Chile tuvo lugar en diciembre de ese mismo año, por lo que habiendo transcurrido poco más de tres años, se le realizaron sutiles cambios al Subaru Impreza, que acaba de estrenarse en su mercado de origen: Japón.
Externamente, mantiene la filosofía de diseño de la marca «Dynamic x Solid», con evidentes cambios en su frontal, en donde debemos afinar nuestro sentido de observación para caer en cuenta de ellos. Partimos por las variaciones de diseño presentes en la máscara que luce menos larga, pero igualmente ancha, con un nuevo entramado horizontal, (en el actual es del tipo panel de abejas), los listones que rodean el logo ahora lucen cromados y sutilmente adelgazados, mientras que el parachoques ahora presenta un diseño que asemeja una toma de aire extendida (cerrada en los flancos), neblineros redondos que lucen ligeramente más pequeños, resaltados con ornamentaciones en forma de L con base extendida. Lateralmente, según versión se ofrecen nuevos diseños de llantas de aleación, siempre bitono.
En su cabina, los cambios se tornan aún más sutiles, con modificaciones en la materialidad (acentos en negro brillante y fibra de carbono) y comandos, además de la incorporación de asientos eléctricos con memoria, espejos externos con regulación especial al engranar reversa.
En cuanto a sus mecánicas, se mantienen los propulsores bencineros de 1.6 litros con 115 caballos y un 2 litros con 154 caballos.
Finalmente, en el apartado de seguridad, encontramos que el Subaru Impreza 2020, dispone del EyeSight Touring Assist, con funcionalidades ampliadas en temas de aceleración, dirección y frenado.
Fotos: Subaru Japan.