Cuesta creerlo de buenas a primeras: un esplendoroso ejemplar rojo italiano del Ferrari 328 GTS (Gran Turismo Spyder ), con tres décadas a cuestas, y apenas 450 kilómetros en su odómetro. Les contamos la historia detrás de este espectacular integrante de la familia de la Casa de Maranello.
Pero antes de sumergirnos en la trayectoria de este ejemplar en particular, les contamos que el Ferrari 328 GTS se considera un sucesor mejorado del 308. Su debut mundial tuvo lugar en 1985, en el Salón del Automóvil de Frankfurt.
Regresando a la unidad que nos convoca, este inmaculado 328 GTS jamás fue matriculado ni conducido, viviendo una vida protegida y segura fuera del mundo. A finales de la década de 1980, la demanda por autos súperdeportivos se disparaba. Su primer propietario, apenas lo compró, lo vendió al doble de su precio original. Su segundo dueño, no se atrevió a manejarlo, por lo que en lugar de sacarle sus documentos, decidió guardarlo profesionalmente.
Pasó casi un cuarto de siglo, para que un concesionario de Ferrari en Roma,. recibiera la misión de poner a prueba el flamante 328 GTS, antes de venderlo a su tercer propietario, y ocupar un lugar importante en su colección privada.
Ahora, vuelve a estar a la venta con sus etiquetas de entrega en la puerta delantera del lado del conductor, cubiertas de plástico en los umbrales internos de las puertas, neumáticos originales Goodyear, su caja de herramientas sin usar, fusibles de repuestos, una linterna y una lona con el logo del Cavallino Rampante.
Este ejemplar abruma todos los sentidos: el aroma de cuero de su prístino interior, los asientos en los que casi nadie se ha sentado en estado inmaculado, su volante de cuero con aspecto mate, sus exuberantes pisos de alfombra.
El Ferrari 328 GTS fue una vez un automóvil muy popular, que todavía es amado y manejado por sus entusiastas propietarios. Nadie debería poder escapar de la fascinación que provoca la visión de este vehículo, un raro 328 GTS durante el cual el tiempo se ha detenido durante tres décadas. Lo que le pase ahora depende de su próximo dueño.
Es tan bello que nos preguntamos si ahora ha dejado la existencia como un mero vehículo y se ha convertido en una verdadera obra de arte que merece un lugar en un museo como un nuevo hogar. El tiempo dirá qué traerá el futuro para este Ferrari en los próximos 30 años.