Fiat Chrysler Automobiles (FCA) y el fabricante de Peugeot PSA oficializaron su acuerdo de fusión vinculante por valor de 50.000 millones de dólares, debiendo lograr ahora obtener la aprobación de los reguladores y cumplir su promesa de reducir los costes sin el cierre de fábricas.
Es probable que ambas tareas resulten complicadas, ya que la unión del segundo y el tercer mayores fabricantes de automóviles de Europa será seguida de cerca por políticos y sindicatos, quienes han prometido resistirse a cualquier intento de recortar puestos de trabajo.
El éxito es vital para ayudar a ambas empresas a hacer frente a la desaceleración de la demanda de automóviles y al coste de la construcción de vehículos que cumplan con unas normas de emisiones más estrictas.
Como síntoma de las dificultades por las que está pasando la industria, la sueca Volvo AB acordó el miércoles vender su negocio japonés de camiones UD Trucks a Isuzu Motors por unos 2.300 millones de dólares, así como compartir tecnología para ayudar a reducir costes.
La francesa PSA y la italoamericana FCA anunciaron hace seis semanas sus planes para establecer una sociedad participada al 50% que crearía el cuarto fabricante de automóviles más grande del mundo, con un valor de unos 50.000 millones de dólares, el cual uniría marcas como Fiat, Jeep, Dodge, Ram y Maserati con marcas de la talla de Peugeot, Opel y DS.
Los términos de este preacuerdo apenas han cambiado en el acuerdo vinculante anunciado el miércoles, el cual incluye el objetivo de reducir los costes en 3.700 millones de euros (4.100 millones de dólares) al año sin cerrar fábricas.
Sin embargo, los analistas consideran que la prima que deberá pagar PSA para lograr la partición al 50% fue ligeramente menor.
Las ventas combinadas de ambas empresas sumaron un total de 8,7 millones de vehículos el año pasado, si bien tienen una capacidad de fabricación potencial de 14 millones de vehículos, según las estimaciones del analista LMC Automotive.
Las empresas todavía tienen que detallar cómo piensan abordar un potencial exceso de capacidad y en qué plataformas de automóviles (los elementos comunes al diseño de diferentes vehículos) se centrarán, habiendo señalado únicamente que la mayor parte del volumen de producción se concentrará en dos plataformas.
“El nuevo grupo tendrá que hacer grandes reservas y probablemente también cerrar plantas, incluso si la elección de las palabras que han hecho los CEO apunta a algo diferente”, dijo, añadiendo que se necesitaría de una gran inversión, ya que tanto PSA como FCA están “actualmente muy por detrás de la competencia en términos de tecnología y gama de productos”.
Tanto el ministro de Finanzas de Italia como el de Francia recibieron con entusiasmo el acuerdo, pero también advirtieron que vigilarán de cerca cualquier posible impacto laboral en sus respectivos países.
El grupo resultante de la fusión dará empleo a 400.000 personas en todo el mundo. Los sindicatos ya han advertido que se resistirán a cualquier recorte de la plantilla.