A las cuatro de la tarde del viernes 27 de julio de 1990, dejó de fabricarse un auto que marcó un hito en la historia del automóvil: El Citroën 2CV 6 en versión Charlestone con carrocería bicolor en tonos gris oscuro y claro, chasis número AZKA0008KA4813, correspondiente a la unidad número 5.118.889, salía desde la línea de producción de la planta de montaje en Mangualde (Portugal), destinada al gerente de la planta, Claude Hebert. Este último ejemplar fue homenajeado con una breve ceremonia que incluyó un pequeño orfeón musical.
Así se cerró la historia de un legendario modelo, que vió la luz durante el Salón del Automóvil de París en 1948, luego de un proyecto que se originó en el período entre guerras, con la finalidad de motorizar al pueblo galo, y que con el correr del tiempo, pasó a ser una auténtica leyenda en todo el mundo.
Chile no estuvo ajeno a este «Best Seller», que se fabricó en su configuración original, además de una atípica variante pick up o camioneta, que se bautizó como Citroneta, en la planta que el fabricante tenía en Arica, iniciando su ensamblaje a contar de 1953 hasta que se dejó de armar en 1979, debido a la fuerte competencia de los autos de procedencia japonesa. A partir de ese año, y hasta 1983 se importaron unidades a Chile.
Después de 41 años, 8 meses y 21 días de producción ininterrumpida, se vendieron en total 5.118.889 unidades, donde 3.872.583 correspondían al 2CV y derivados, y 1.246.306 fueron con carrocería furgoneta.
El Citroën 2CV se convirtió en un auténtico fenómeno social: era el auto favorito de los agricultores, pero también de las familias urbanas y de los estudiantes. Esto explica una excepcional trayectoria de 42 años de vida y más de 5,1 millones de unidades vendidas en todo el mundo.
Fotos: Agencia de Comunicaciones de Citroën Chile