Durante las últimas décadas la industria automotriz ha buscado desarrollar vehículos cada vez más eficientes, es decir, que aprovechen mejor la energía que pueden obtener del combustible. Es así, como se han acondicionado motores de baja cilindrada para que sean turbo, manteniendo un buen nivel de potencia y bajas emisiones.
“Dentro de un motor de combustión interna normal, o “naturalmente aspirado” como se le conoce, se produce una mezcla de aire y combustible que genera una explosión cuya energía sirve para mover el auto. Lo que hace el turbo es ayudar a que ese aire ingrese con más presión y sea más rico en oxígeno, lo que produce una combustión más eficiente y una gran entrega de potencia”, explica Esteban Durán, gerente de post venta de SAIC Motor, fabricante de Morris Garages.
Los siguientes consejos ayudan a tener un buen cuidado de los motores turbo, alargando su vida y disminuyendo los posibles gastos de mantención a futuro.
Darse un minuto. El sistema de lubricación del motor funciona cuando este se pone en marcha. Una recomendación es dejar al menos un minuto el auto encendido -especialmente si el vehículo está muy frío- para que el motor agarre temperatura necesaria y así los aceites fluyan mejor.
Atento al acelerador. Si tiene la vieja costumbre de pisar el acelerador al encender el motor mejor vaya olvidándose. Esta acción pone un mayor estrés al motor antes de que esté totalmente lubricado y en los vehículos actuales ya no es necesario hacerlo.
Partir relajado. Tranquilo con el pedal del acelerador, por al menos 15 minutos. Al momento de encender el auto y ponerse en movimiento, evita someter al motor a un estrés innecesario pisando de más el acelerador. Al igual que el consejo anterior, lo mejor es que el motor agarre temperatura antes de exigir más al vehículo.
Seguir las mantenciones. Es muy importante seguir la pauta de mantención para que los aceites que se mueven dentro del motor estén en buen estado. Lo mismo se aplica para los filtros de motor que lo mantienen libre de las impurezas que se generan por la combustión.
Sigue las recomendaciones del fabricante. Otra recomendación es usar el octanaje de combustible recomendado por el fabricante y no un número menor. En términos simples, a medida que sube el octanaje de la gasolina, esta demora más en entrar en combustión. Como los motores turbo tienen mayor compresión, se genera más temperatura y esto evita que el combustible se “queme” antes de tiempo.
Un momento al terminar. Al igual que el primer consejo, es recomendable dejar reposar el motor un minuto antes de apagarlo. Es decir, dejar el vehículo detenido con el motor encendido, especialmente si el auto anduvo exigido, por ejemplo, al andar en autopistas o carreteras. Esto ayuda a que los aceites del motor den una última vuelta, en vez de detenerse de golpe con el motor a alta temperatura.