Transcurrieron poco más de dos años desde su debut mundial, para que Toyota presentase finalmente en el mercado chileno a su nuevo SUV compacto de entrada: Raize, modelo que viene a ubicarse inmediatamente bajo el Rush, además de abrir la puerta al fabricante japonés dentro del competitivo segmento de los SUV B, donde participan representantes como: Honda WR-V, JAC S2, KIA Sonet, Nissan Kicks, entre otros.
Pero, ¿cuáles son los orígenes de este modelo? Aunque no lo crea, en Japón se comercializa como Daihatsu Rocky, el mismo nombre del todoterreno legendario que conocimos por estos lares a finales de los 80 y mediados de los 90, pero que ahora adopta una apariencia de SUV urbano, que la marca define como «un vehículo con buena maniobrabilidad, una cabina amplia, además de un generoso portaequipajes». En Japón está pensado para un segmento de clientes que buscan un SUV para el ocio, pero que no gustan de manejar vehículos grandes. De ahí, que Daihatsu se centrase en desarrollar modelos de alta calidad a precio asequibles, para usuarios activos, que gustan de automóviles fáciles de manejar.
Pues bien Toyota en Chile apuesta a conquistar con Raize a un segmento de clientes muy joven, que buscan el diseño y la conectividad, además de la eficiencia y practicidad en este tipo de vehículos. Este modelo llega desde Indonesia, pero también se fabrica en Japón y Malasia, en este último mercado se comercializa como Proton.
El Raize emplea la plataforma DNGA (Daihatsu New Global Architecture), que en un inicio fue usada en el desarrollo de Key Car o Mini vehículos, que como Raize tienen una longitud de hasta 4 metros y una cabina espaciosa. En pocas palabras, resulta una interpretación «Low Cost» de la TNGA de Toyota.
Al parecer la máxima de Daihatsu/Toyota fue lograr, en términos estéticos la máxima compresión, pero sin sacrificar su volumetría interior. Por fuera, presenta un frontal agresivo, con una toma de aire trapezoidal del tipo panal de abeja, seccionada en dos por un listón central, que hace las veces de portaplaca patentes. Los flancos del parachoques delantero, presenta los encastres ensancchados de los neblineros en forma de L invertida, mientras que en la parte alta vemos las afiladas luces principales, sumado a un listón central en negro brillante, que separa el capó del parachoques, además de albergar al centro el logo de Toyota. Personalmente, me recuerda en cierta medida el frontal de la RAV4 o bien cierta semejanza con un SUV de origen coreano, Tivoli.
De costado se muestra como un auténtico SUV compacto, dado por elementos propios de este segmento como son los revestimientos inferiores en resina negra, al igual que los pasos de ruedas, que albergan, según versión neumáticos de medida 205/65 R16 o 205/60 R17, que pueden llevar tapas de ruedas o bien llantas de aleación. Sin ser el más atractivo del segmento, un particular toque le da la presencia del techo y espejos negros.
La zona posterior, tiene la particularidad de ampliarse hacia los costados, con la presencia de una cuarta ventanilla. La parte alta está coronada por la presencia de una antena fija, un spoiler superior, con una algo reducida tercera luz de freno integrada en su borde superior central, dando paso a una luneta trasera, con un limpiador trasero situado justo al centro de la zona vidriada. Las luces traseras presentan una bisección producto del portalón, mientras que lucen unidas por un listón trasero central en negro brillante con el logo de Toyota al centro. Por último, el parachoques trasero replica las formas angulosas del delantero con vistosos encastres plásticos, mientras que las luces reflectantes dispuestas de manera horizontal, están ubicadas en las esquinas inferiores.
Sus dimensiones llegan a los 4.030 mm de largo; 1.710 mm de ancho y 1.635 mm de alto, mientras que su batalla llega a los 2.525 mm, siendo perfectamente apto para albergar a cinco ocupantes. Su despeje llega a los 185 mm. Su peso bruto vehicular es de 1.680 mm. La gama de colores contempla cinco tonalidades: blanco, blanco perlado, gris plata, rojo y turquesa. Las versiones G Full cuentan con bi-tono negro en el techo y espejos, sumado a los colores señalados anteriormente.
Su cabina presenta un tablero con clara influencia del RAV4, donde sobresale una pantalla táctil de 7″ de serie, compatible con Android Auto y Apple Car Play, con cargador inalámbrico, además de un cuadro de instrumentos digital TFT, también de 7″, privativo de la versión más equipada. Los otros dos acabados presentan cuadro de instrumentos analógico con uno o dos diales más display LCD.
En general su cabina presenta materiales y plásticos que lucen económicos y duros, pero con la salvedad de que Toyota trató de darle ciertos toques, como la ornamentación del climatizador, la postura alta de la palanca de la transmisión, la cubierta que rodea la transmisión, el tapizado con acentos rojos o la combinación tela/cuero en el acabado más alto.
- Toyota Raize I MT $11.190.000
- Toyota Raize E MT $13.190.000
- Toyota Raize E CVT $14.190.000
- Toyota Raize G CVT $15.690.000