El pasado 1 de marzo se detuvieron las líneas de producción de la planta de Stellantis en Belvidere, Illinois, Estados Unidos, desde donde salían las unidades del icónico Jeep Cherokee, cuya historia comenzó a tejerse en 1974, como un todoterreno con carrocería sobre bastidor conocido como SJ, el que dio paso una década más tarde al Cherokee XJ que se fabricó hasta 2001.
En 2002, la nueva camada, conocida como Liberty, pero que acá en Chile y otros mercados de exportación, se siguió comercializando como Cherokee hasta 2007 cuando toma la posta una generación de líneas más angulosas, la KK que se mantuvo vigente hasta 2012.
Desde 2013, que conocemos la camada KL, que fue el primer modelo de la firma especialista en todoterreno en estar construído sobre una plataforma de arquitectura modular, que en Chile conocimos con motores de 2.4 y 3.2 litros.
Los amantes y seguidores del modelo, empezaron a advertir el ocaso del modelo desde hace un tiempo, cuando los planificadores de productos de la marca redujeron notoriamente la oferta de versiones y motorizaciones. De volver el modelo, éste sería en formato eléctrico con cero emisiones.
Por el momento, el nombre seguirá viviendo como apellido del buque insignia de la firma norteamericana, en el Grand Cherokee, que acaba de estrenar nueva generación el año pasado.
Fotos: Raúl Farías, Jeep Cherokee 3.2 Trailhawk