La cuarta generación del sedán mediano checo se actualiza con nuevas armas para mantenerse vigente: apariencia más sofisticada, más equipamiento y nuevas motorizaciones.
Externamente, vemos que su frontal luces más finas, con la presencia de un nuevo apéndice entre las dos luces principales, con tecnología Full LED, sumado a una nueva firma luminosa en la parte superior.
Presenta la grilla y el parachoques delantero rediseñado. Éste último incluye una rejilla de rombos que se extiende a lo ancho, sumado a la presencia de aberturas laterales de aire, que redireccionan el aire hacia las ruedas, que presentan nuevos diseños de llantas.
En la zona posterior, agrega intermitentes dinámicos con animaciones, combinados con luces Matrix LED delanteras, mientras que el emblema de la marca fue reemplazado con el nombre del modelo.
Puertas adentro, vemos que su habitáculo se acerca al de los nuevos Superb y Kodiaq, destacando la presencia de un tablero digital de 10″ y una pantalla multimedia que ahora llega a las 13″, mientras que el asistente de voz Laura de Skoda incorpora Chat GTP. El salpicadero luce más elegante, además de contar con puertos USB-C más potentes con 45 W.
En lo que respecta a la oferta motriz, ésta estará conformada por cuatro bloques: dos a gasolina y dos diésel, con potencias que van desde los 115 CV a los 265 CV del RS. Las versiones con tecnología MHEV de 48 volts, tienen un generador de arranque mejorado, gracias a un sistema de refrigeración líquida, almacenando la energía generada por los frenos en una batería de ion litio.
Las versiones diésel, ahora cuentan con un sistema de inyección de presión que ahora llega a los 2.200 bares, mientras que el turbo VGT ofrece más fuerza en un rango más amplio de revoluciones, sumado a la presencia de un segundo catalizador SCR, por lo que los gases son más limpios.