En esta nota les explicamos las cualidades acerca de este auto de competición 100% eléctrico, que entrega 1.088 CV y es capaz de acelerar de 0 a 200 km/h en 5,6 segundos.
Este modelo hizo historia un día de primavera, hace casi tres años, cuando Bachler recorrió los primeros metros con él. Se trata del primer Porsche de carreras totalmente eléctrico de fabricación propia y representa el futuro de la competición.
¿Cuál es la mayor diferencia que se plantea frente a un Porsche con motor de combustión? “Eso está claro: el rendimiento. Es fenomenal. Y luego está la capacidad de respuesta, que es inmediata y está respaldada por una cifra de par extremadamente alta. Todo este empuje combinado con la tracción total te obliga a adaptar tu estilo de conducción”.
Y es entonces cuando surge la siguiente pregunta: ¿Cómo se conduce esta máquina eléctrica? “Depende de si estamos en clasificación o en carrera, pues la potencia es de 1.088 CV en el primer caso y se reduce a 612 CV en el segundo. Con esos más de 1.000 caballos, en una vuelta cronometrada es importante colocar el coche recto lo antes posible, pues no se puede acelerar de verdad hasta que se sitúe en el vértice. Y el tiempo antes de que el coche entre en la curva tiene que ser lo más corto posible”.
“Es por eso que puedes y debes ser muy agresivo en tu configuración para que frene muy intensamente en el modo de calificación. Sin embargo, en el modo de carrera, tanto el estilo de conducción como la puesta a punto se acercan mucho más a los de un auto con motor de combustión”.
Es importante, especialmente para las carreras de clientes, construir un coche que sea fácil de usar. “He estado involucrado en el desarrollo desde el principio y puedo decir que ha sido extremadamente intenso, pero a la vez ampliamente interesante. Un proceso muy complejo y diferente al de un auto de carreras con propulsión convencional”.