A partir de hoy y por espacio de dos semanas, el mundo del motor centrará sus miradas en lo que suceda en Arabia Saudí, entre las ciudades de Bisha y Shubaytah, salida y meta de la carrera off-road más dura del mundo: el Rally Dakar. La competición discurrirá por distintos tipos de terreno, tan diferentes como dunas y pistas rápidas plagadas de rocas, en un recorrido compuesto por aproximadamente 7.800 kilómetros, de los cuales 5.200 serán contra el cronómetro.
Aunque el Dakar se ha disputado en el mismo país desde 2020, la organización ha ido variando el recorrido cada año. Esta edición, el Rally-Raid contará con 480 kilómetros cronometrados más de especial con respecto a la de 2024, y la mayor parte de las etapas tendrán un recorrido total superior a los 500 kilómetros, lo que convierte cada día en un desafío lleno de exigencia donde pilotos, copilotos y mecánica tendrán que dar lo mejor de sí mismos.
Aunque el Dakar es siempre incierto y cualquier instante puede cambiar el devenir de la carrera, hay dos momentos en el recorrido de la próxima edición marcados en rojo: el domingo 5 de enero y el martes 7. En la segunda jornada de carrera, los competidores se enfrentarán a la ‘48h Chrono’, es decir, una larguísima cronometrada de 965 kilómetros dividida en dos días, donde piloto y copiloto no dispondrán de asistencia técnica y harán noche en el desierto.
A diferencia de lo que ocurre en un rallye, donde el recorrido se conoce de antemano, los participantes en el Dakar desconocen a lo que se van a enfrentar hasta minutos antes de iniciar cada etapa. Un par de meses antes de comenzar la prueba, la organización del Dakar anuncia la ruta que se seguirá, dando solo unos pocos datos sobre cada jornada: lugar de inicio y de salida de las etapas, kilómetros totales, kilómetros cronometrados y un breve comentario sobre lo que espera a los pilotos y copilotos cada día, sin entrar en detalles sobre el tipo de terreno o los principales obstáculos de los tramos.