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Volvo Cars refuerza su apuesta por Estados Unidos con nuevas inversiones en su planta de Carolina del Sur
La automotriz sueca anunció una nueva etapa de inversión en su fábrica de Ridgeville, en las afueras de Charleston, con el objetivo de alcanzar la plena capacidad de producción en los próximos años. El complejo ya ha recibido más de 1.300 millones de dólares en la última década y actualmente fabrica los modelos eléctricos EX90 y Polestar 3.

Volvo Cars confirmó que continuará ampliando sus operaciones en la planta de Ridgeville, Carolina del Sur, con una estrategia destinada a aprovechar al máximo su capacidad de manufactura, estimada en 150.000 vehículos al año.
En los últimos diez años, la compañía ha invertido 1.300 millones de dólares en esta instalación, consolidándola como un eje clave en su red de producción global junto con sus plantas en Europa y China. La fábrica produce actualmente el SUV totalmente eléctrico Volvo EX90 y el Polestar 3, ambos modelos estratégicos en el camino hacia la electrificación de la marca.
Un primer paso hacia el mayor uso de la capacidad instalada se dio a comienzos de este año, cuando la empresa confirmó que el Volvo XC60, su SUV mediano más vendido, comenzará a fabricarse en Ridgeville a partir de finales de 2026. Solo entre enero y agosto de este año, Volvo vendió más de 27.000 unidades del XC60 en Estados Unidos, lo que representa un crecimiento cercano al 20 % respecto al mismo período de 2024.
De cara al futuro, la firma anunció que antes de 2030 sumará un nuevo modelo híbrido de próxima generación, diseñado específicamente para responder a las necesidades del consumidor estadounidense, reforzando así su estrategia de regionalización de productos.
“Nuestros planes de inversión refuerzan una vez más nuestro compromiso a largo plazo con el mercado estadounidense y nuestras operaciones de manufactura en Carolina del Sur”, señaló Håkan Samuelsson, director ejecutivo de Volvo Cars. “Este año celebramos 70 años de presencia en Estados Unidos, con más de 5 millones de vehículos vendidos, y nuestro objetivo es seguir creciendo en este mercado estratégico”.
Por su parte, el gobernador de Carolina del Sur, Henry McMaster, destacó que la decisión de la automotriz “refuerza la posición del estado como líder nacional en manufactura automotriz, demostrando la confianza que grandes empresas del mundo depositan en nuestra fuerza laboral”.
En tanto, Luis Rezende, presidente de Volvo Cars para las Américas, subrayó que la planta de Charleston es “fundamental para el plan estratégico de crecimiento en Estados Unidos. Al sumar un nuevo modelo a la línea de producción, aceleraremos el cumplimiento de nuestros objetivos comerciales y aprovecharemos todo el potencial de nuestras inversiones locales y de nuestra gente”.
La planta de Ridgeville, inaugurada en 2015, cuenta con infraestructura avanzada para el desarrollo de múltiples plataformas y tecnologías, lo que la convierte en un centro de producción flexible y preparado para los desafíos de la transición energética.
Con estas inversiones, Volvo Cars reafirma su compromiso con Estados Unidos y consolida a Carolina del Sur como un punto neurálgico en su red global de manufactura, asegurando crecimiento en volumen, rentabilidad y cercanía con sus clientes en la región.
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