Toyota Chile presentó en la localidad de Batuco, la más reciente evolución de su icónico Land Cruiser Prado, que, a lo largo de más de 70 años, se ha ganado una reputación de resistencia, fiabilidad y la capacidad de afrontar las condiciones más duras, en cualquier rincón del planeta. Llega en dos versiones: VX y VX-L con precios de $61.990.000 y $67.990.000, respectivamente. Las proyecciones de ventas apuntan a cerrar el año curso con 70 unidades, mientras que para un año completo, esperan lograr colocaciones del orden de los 150 ejemplares.
Con su “vuelta a los orígenes” también se pone de manifiesto el diseño del vehículo, que fusiona el legado del Land Cruiser con la modernidad. Su estilo robusto proyecta fiabilidad, una imagen atemporal y el tipo de solidez funcional que se identifica con las mejores herramientas profesionales.
Sustentado en la nueva plataforma GA-F, presenta una silueta que nos recuerda las primeras series de este todoterreno, con un firme eje horizontal, un capó alargado, un parabrisas más vertical y un corto voladizo frontal. Sus proporciones son fieles al legado de diseño del Land Cruiser, con un habitáculo en forma de caja situado por detrás del eje vertical del vehículo, para ganar espacio interior y confort. La longitud total es de 4.925 mm, con 1.980 mm de ancho y 1.935 mm de altura; la distancia entre ejes es de 2.850 mm. Ofrece un despeje de 215 mm, sumado a unos ángulos de ataque y salida de 32° y 22°, los que reafirman sus credenciales en el mundo de los todoterrenos.
Su diseño interior transmite una imagen funcional, haciendo hincapié en la durabilidad y la calidad. El cuadro de mandos presenta unas contundentes líneas horizontales que facilitan la percepción de la orientación del vehículo en condiciones complicadas y que dan lugar a un entorno espacioso en el habitáculo, con una excelente visibilidad exterior para todos los ocupantes combinado con una pantalla multimedia de 12,3″, compatible de manera inalámbrica con Android Auto y Apple Car Play, además de disponer de un sistema de audio de 10 parlantes.
Es propulsado por el mismo bloque de Hilux, pero mejorado para este SUV de tamaño completo. Se trata de un turbodiésel de 2.8 litros con 201 Hp de potencia y 500 Nm de par, gestionado por una nueva transmisión automática de 8 velocidades.
Los rendimientos homologados por el 3CV dan cuenta de los siguientes resultados: 9,7 km/l en ciudad; 12,7 km/l en carretera y un mixto de 11,4 km/l.
En lo que concierne a su sistema de tracción a las cuatro ruedas, cuenta con una caja de transferencia de dos velocidades, un diferencial central Torsen, él que reparte el par en proporción 40/60 entre ambos ejes, llegando incluso a enviar el 53% del par al eje delantero.
El sistema MTS, Multi-Terrain Select– ajusta la dirección del vehículo, la fuerza de tracción y el control hidráulico de los frenos para afrontar las exigencias de distintos escenarios de conducción todoterreno. El sistema ofrece ahora un modo “Auto” adicional para que el conductor no tenga que cambiar la configuración y para que pueda utilizarse cuando el vehículo está en modo de transferencia tanto alto como bajo. El MTS se puede activar fácilmente, utilizando el mando de control del motor y el selector giratorio multifunción de la consola central. En el modo de transferencia baja, las opciones son Barro, Arena, Roca y Auto; en modo alto, se puede escoger entre Barro, Arena, Tierra, Nieve y Auto.
En seguridad, todas las versiones vienen equipadas con: 8 bolsas de aire, frenos de discos en las cuatro ruedas con ABS, EBD y BA, controles de tracción y estabilidad, sensor de proximidad delantero y trasero y cámara de 360°. Las versiones VX-L suman el paquete de asistencias Toyota Safety Sense conformado por: asistente de precolisión, luces delanteras inteligentes, sistema de mantenimiento de carril y control crucero adaptativo.
Texto y fotos: Raúl Farías; Toyota Land Cruiser Prado 2.8 VX-L 4WD en Platinum White Pearl