ESTADOS UNIDOS.- Enero 19 de 2011.- Durante mucho tiempo a mediados de los ochenta y comienzos de los noventa, los avisos de Volvo llevanam por lema: «Volvo, calidad que no se discute» Pues bien, aquellos que se mantienen al tanto de lo que ocurre en la industria del automóvil sabrán que la marca fue adquirida el año pasado por Geely, y no debe faltar quien piense que al tener nuevos dueños orientales, la marca descuidará uno de sus principales baluartes que la han hecho conocida a nivel mundial. la alta seguridad que caracteriza a sus modelos.
Para derribar toda clase de dudas al respecto, Volvo exhibe en la actual edición del NAIAS 2011 un C30 eléctrico chocado para mostrar las consecuencias que puede tener un choque en un auto con esta tecnología de propulsión en dos puntos claves: la resistencia de su cableado, que no se quiebra y la ausencia de daños en su pack de baterías. Cabe recordar que sólo las baterías hacen que el C30 pese 300 kilos más que su simil gasolinero, por lo que es primordial que éstas estén bien aseguradas, con el fin de evitar que salgan proyectadas en caso de una colisión.
Este Volvo C30 eléctrico nos muestra las consecuencias de un choque a 64 km/hr, donde además de todos los sistemas de seguridad pasiva, todo automóvil (sea eléctrico o no) debe contar con dispositivos que desconecten los fusibles 50 milisegundos después de un choque, puesto que las probabilidades de un cortocircuito e incendio son aún mayores en un auto eléctrico.
Por Raúl Farías D´H.; Destacados News
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