En www.autosusados.cl, por gentileza de SK Bergé, nos pusimos tras el volante de la renovada Qubo, la variante para cinco ocupantes derivada directamente del Fiorino City. Este funcional compacto está presente en el mercado nacional desde marzo de 2013, desembarcando en julio de este año la variante con «Minor Changes» o facelift con sutiles cambios que pronto les detallaremos. De momento, la FIAT Qubo, se comercializa en una única versión bencinera con un motor de 1.4 litros, estando disponible en sólo un nivel de equipamiento: Dynamic. No está previsto de momento incorporar una variante Diesel Multijet, como si acontece con su hermana Fiorino City.
Dentro de los competidores, podríamos señalar a productos principalmente de origen europeo, entre los que se cuentan la Citroën Berlingo Multispace, Peugeot Partner Tepee Outdoor y VW Caddy, todos modelos que superan ampliamente en precio a Qubo.
En términos de diseño, sabemos que en cuestión de gustos, puede que a unos le resulte atractiva, y a otros, no tanto. En simple, luce como un pequeño monovolumen robusto y con una amplia superficie vidriada, cuya denominación hace una correcta alusión a sus formas cúbicas. Analizándo sus líneas más en profundidad, encontramos un frontal en el que destaca su prominente paragolpes delantero, que sobresale del resto del conjunto. Es aquí, donde si agudizamos nuestro espíritu de observación, empezamos a advertir los primeros cambios respectos del modelo MY13 -16: El parachoques deja de ser totalmente del color de la carrocería, adoptando parte de su sección superior en resina negra. La sección central de esta pieza es recorrida por un pliegue que resalta la división de la toma de aire central en dos partes, sumado a la presencia de los neblineros en nuevo tipo de encastre, también de resina, pero manteniendo su forma circular original. Estos cambios le otorgan al Qubo una presencia más outdoor. También conserva su capó corto y curvo, flanqueado por dos generosos ópticos halógenos.
De costado, resalta su amplia superficie vidriada, sobre todo en las plazas delanteras, sumado a la presencia de vidrios laterales traseros «Privacy Glass» o polarizados de fábrica, que no estaban presentes en el Qubo original. Las manillas de las puertas delanteras y correderas laterales, están dispuestas verticalmente, para un fácil uso, mientras que la cintura del Qubo está recortada por la presencia de un grueso listón lateral.
Otro elemento distintivo, es la presencia de barras longitudinales de techo satinados con aplicaciones de resina, que aumentan la capacidad del maletero, por cuanto pueden albergar una práctica caja portaequipajes en caso de ser necesario, un portaesquies o un portabicicletas.
El renovado FIAT Qubo se desliza sobre neumáticos Bridgestone Turanza ER300 de medida 195/55 R16 que presentan nuevas llantas de aleación diamantadas en negro brillante y gris cepillado. Sin duda un perfil más bajo que le otorga un carácter más deportivo a este vehículo.
Finalmente nos corresponde detallarles su zaga, presidida por un amplio vidrio posterior, también oscurecido y equipado con un práctico limpiador trasero. Nos hubiese gustado que, en virtud de que el vidrio posterior es ahumado, la tercera luz de freno fuese reubicada por fuera, en el mismo portalón, pero en la parte alta, para efectos de darle más visibilidad a ésta. Nos gustó la disposición vertical de las luces traseras, mientras que el logo del fabricante ocupa un lugar central en el portalón posterior. Es en la zona del portapatente, donde encontramos otra sutil modificación: luce más ancha, con un pliegue central en relieve que le da un mayor volumen, mientras que el monograma «Qubo», paso de estar ubicado al costado izquierdo, a la zona central.
El habitáculo se ha rediseñado y, mediante la introducción de nuevos elementos, presenta ahora un diseño original y es más tecnológico. El volante, rediseñado y en el que ahora destaca una moldura en negro brillante, puede integrar los mandos de la radio y también está disponible con revestimiento de piel, al igual que el pomo y el capuchón del cambio manual. El panel de instrumentos presenta un nuevo grafismo retroiluminado, para una mejor visibilidad. También la tapicería se ha renovado en los tejidos y tonos, y una moldura central en negro brillo adorna el salpicadero.
Los revestimientos internos de las puertas, nos recuerdan su vocación de vehículo de trabajo, mediante la presencia de elementos pintados en el color de la carrocería, algo cada vez menos presente en modelos contemporáneos, sumado materiales como plásticos duros. En esta misma, en el apoyabrazos encontramos los comandos de los alzavidrios delanteros eléctricos, mientras que en el pilar, justo bajo el tweeter va el comando que permite regular los espejos eléctricos cuya operación hay que acostubrarse, si uno está habituado a otros de otro tipo.
Un elemento que nos resultó práctico es el pliegue presente en la parte alta del salpicadero, pensado en aquellas personas que portan papeles o documentación, aunque el reflejo de ellos en el parabrisas, durante días soleados, pudiese dificultar la visibilidad.
El cuadro de instrumentos presenta ligeras variaciones en el grafismo del velocímetro y tacómetro. Consta de izquierda a derecha de velocímetro circular, al centro los indicadores de nivel de combustible y temperatura del refrigerante del motor. Bajo éstos encontramos el computador de abordo en serigrafía ámbar digital, que informa acerca de parámetros como: fecha, temperatura externa, posición de regulación de altura de los faros, cuentakilómetros, odómetro. Del lado derecho va el tacómetro, además de una serie de testigos informativos, incluyendo del encendido de los neblineros delanteros y traseros.
Bajo la rejilla de ventilación del lado izquierdo del volante, hay una serie de comandos que permiten operar los neblineros delanteros/traseros, desconectar el control de tracción y regular la altura de los faros principales, además de un espacio portaobjetos.
El volante presenta variaciones en la forma del comando central que opera la bocina, mientras que los comandos satelitales de lado izquierdo permiten ajustar o anular el volumen, mientras que con los de la derecha cambiamos de estación en el sistema de audio, junto con realizar o cancelar llamadas usando el bluetooth. Van resaltados en un negro brillante, que lo hace resaltar dentro del conjunto.
La consola central está presidida por el sistema de audio con pantalla táctil, además de las dos clásicas perillas (volumen y sintonizador) en agradable monocolor blanco. Dispone de entrada frontal USB/Aux y memoria SD. Inmediatamente debajo, hallamos las ventilas de aire circulares, además de los interruptores de los Hazard y desempañador trasero. Más abajo encontramos los tres comandos circulares que permiten operar el sistema de climatización. El puesto de conducción en posición más elevada y las grandes superficies acristaladas aseguran una óptima luminosidad interior y una amplia visión de la carretera.
En cuanto a su habitabilidad, se agradece el generoso ángulo de apertura de las puertas delanteras, la presencia de las dos corredizas laterales. Su cabina permite albergar hasta cinco ocupantes, con sobrado espacio para la cabeza. El puesto del conductor nos recibe con total comodidad, puesto que el asiento dispone de regulación en altura y lumbar, a lo que se agrega la posibilidad de ajustar en altura y profundidad el volante. Nos gustó el bitono presente en el tapizado de tela de los asientos. Todas las plazas disponen de cinturones de seguridad inerciales y apoyacabezas. Encontramos que puede mejorarse el hecho de que las ventanas laterales traseras sean sólo pivoteantes, aun cuando el Qubo dispone de acondicionador, puede resultar que los ocupantes quieran circular con las ventanillas abiertas y el sistema apagado.
La tapa del portalón trasero es de apertura total. Aunque en caso de tener poco espacio para abrirla del todo, podría mejorar su funcionalidad, haciendo que el vidrio posterior sea practicable de manera independiente. Los asientos posteriores son abatibles en proporción 60/40. Aunque algunos subestimen la capacidad de su portaequipajes, ésta va a dejar sorprendidos a los más incrédulos: Va desde los 330 litros con la cubierta portaobjetos, 650 litros sin ella y nada menos que 2.500 litros con los asientos abatidos y retirados, lo que habla de la extrema versatilidad de este pequeño vehículo, a pesar de verse limitada en los costados por el espacio ocupado por los pasos de ruedas traseros. Otro elemento que ayuda a su favorable volumetría es el hecho de contar con la rueda de repuesto bajo la carrocería.
Su equipamiento, considerando su precio, es bastante atractivo: pack eléctrico (cierre, espejos y vidrios), aire acondicionado manual, dirección asistida hidráulicamente, computador de abordo, comando a distancia, pantalla táctil del sistema de audio. En el apartado de seguridad, destaca la presencia de doble airbag frontal, airbags laterales delanteros, sistema de frenos ABS de cuatro sensores con EBD y ESP, cierre automático de puertas con el auto en marcha, inmovilizador, anclajes ISOFIX y asientos delanteros y traseros con efecto antisubmarino.
En cuanto a su mecánica, el FIAT Qubo es impulsado por un motor bencinero de 1.360 c.c. de desplazamiento con ocho válvulas y cuatro cilindros, que entrega 77 CV a 6.000 vueltas, mientras que su par llega a los 12 kgm a 3.000 vueltas, que le permite desenvolverse ágilmente en el ámbito urbano, pero se ve algo más limitado a la hora de desplazarse en autopistas, donde se hace evidente la falta de unos CV adicionales. Nos gustó la buena relación motor caja, gracias su transmisión de cinco marchas, que resulta muy fácil de operar, dada la ubicación de la palanca de cambios.
Otro elemento poco común que encontramos al momento de revisar su motor, es la novedosa apertura de su capó, el cual al abrirlo, no usa la clásica varilla, sino que una traba practicable del lado del conductor, fácil de usar siguiendo el instructivo indicado en un adhesivo.
Fotos: Raúl Farías; FIAT Qubo 1.4i Dynamic en Rojo Amore.