El 4 de marzo pasado, UAZ Chile informaba en sus redes sociales, acerca de la culminación del proceso de homologación de su legendario todoterreno Hunter. Fue esta vitrina, sumado a la presencia del sitio web www.uazchile.cl, que este fabricante ruso empleó en nuestro mercado para ir dando a conocer sus vehículos, además de activaciones y pruebas de manejo puntuales.
Sin embargo, no fue hasta el martes pasado, que pudimos conocer en profundidad a su modelo estrella, cuando su importador y representante oficial, Inversiones UAZ Chile SPA, organizó una entretenida jornada de manejo, que contó con la presencia de tres ejemplares del Hunter: Classic Hard Top, Classic Soft Top (techo de lona) y Trophy.
Sin embargo, antes de sumergirnos en los detalles del modelo, consideramos conveniente ilustrarles acerca de la historia de este fabricante ruso, cuyo acrónimo UAZ alude a la Fábrica de Automóviles de Ulianovsk (en ruso Ulyanovsky Avtomobilny Zavod). especializado en vehículos todoterreno y de transporte militar. Sus comienzos se remontan a 1941, año de creación de la marca, producto de la invasión alemana de la Unión Soviética, cuyo primer modelo fabricante fue el camión ZIS-5, que podía transportar hasta tres toneladas. Pero no sería hasta 1958, que el fabricante empezó a fabricar vehículos bajo la marca UAZ, con sus propios diseños y gama de modelos. En 1972 veía la luz el reputado UAZ- 469, un jeep inspirado en el clásico Jeep Willys, desarrollado con el objetivo de ser un producto robusto y fiable, preparado para hacer frente a las duras condiciones de la estepa rusa. Fue considerado como una alternativa al Land Rover Defender o del Toyota Land Cruiser FJ40.
Con la caída de la Unión Soviética en 1991, UAZ tuvo que someterse a una profunda reíngeniería, para efectos de seguir siendo competitiva en un entorno en que su competencia extranjera presentaba ejemplares de mayor fiabilidad y equipamiento de confort, a lo que se sumaron problemas de gestión financiera de la compañía. Fue durante estos complejos momentos, que UAZ decidió volver a fabricar el 469, ligeramente modificado y bajo el nombre de «Hunter». No sería hasta 2004 que la marca fue comprada por un grupo económico que realizó fuertes inyecciones de capital en la firma.
Habiendo hecho un breve repaso por la historia de UAZ, ahora nos adentramos en las rústicas entrañas del Hunter, un auténtico todoterreno, que apela a la utilitaridad total, con un diseño en extremo austero y sencillo, partiendo por su frontal, con dos ópticos circulares, el principal aloja las luces halógenas, mientras que los de diámetro más pequeño corresponden a los intermitentes y luces de posición, los que flanquean una máscara de radiador seccionada en dos, donde la superior alberga el logo de UAZ. El parachoques no puede ser más simple: una pieza con esquinas reforzadas con doble remache.
Visto de perfil, al menos el modelo de techo duro, me recuerda al del Land Cruiser FJ 40. Destaca la línea que recorre la zona media de su carrocería, incluyendo los pasos de ruedas, que ayudan a otorgarle más robustez al conjunto. Los únicos elementos que aportan cierto grado de «modernidad» son las manillas de resina negra y el revestimiento de los espejos externos, además de las llantas de aleación. Todas las ventanas son deslizables y cuentan con remaches, además de bisagras a la vista. Las puertas presentan una zona más amplia en la sección media, mientras que el subirnos a él no resulta del todo cómodo.
Por detrás, lo más llamativo es la rueda de repuesto montada sobre el portalón de apertura lateral, gruesos parantes laterales, además de luces dispuestas verticalmente (de posición, freno e intermitentes), mientras que el parachoques luce con un toque más moderno que el delantero, además de una segunda serie de ópticos, horizontales que agrupan luces reflectantes y de retroceso. Bien pensado el hecho de contar con un limpiaparabrisas trasero.
Sus dimensiones alcanzan los 4.100 mm de largo; 1.730 mm de ancho y 2.025 mm de alto, mientras que su distancia entre ejes llega a los 2.380 mm. Emplea neumáticos Kama-219 de medida 225/75 R16. Su ángulo de ataque es de 50°, y el de salida 33°.
Al abrir cualquiera de sus puertas, notamos que éstas son pesadas, con metal a la vista en su parte interna, salvo por los rudimentarios apoyabrazos y cierto toque de elegancia dado por los revestimientos parciales de alfombra, que dan lugar a un portaobjetos muy particular: puede almacenar pistolas (en las puertas traseras). El volante es de uretando de dos rayos, con dos conmutadores ultrasimples: intermitentes del lado izquierdo, y el que acciona los limpiaparabrisas de dos velocidades.
Los diseñadores de UAZ no conocían la palabra ergonomía, por cuanto todos los mandos están diseminados en el salpicadero, donde de izquierda a derecha encontramos los siguientes: conmutador de las luces, velocímetro analógico con odómetro digital, un particular reóstato. Luego encontramos dos recuadros independientes que alojan testigos varios: cinturones desabrochados con chicharra de advertencia, además de otra serie de cuatro medidores análogos: nivel de combustible, temperatura refrigerante del motor, presión de aceite y voltímetro. Muy curiosa es la presencia de un encendedor.
Más abajo encontramos botonera para los «Hazard», luces interiores, ventilador forzado, neblineros. El único elemento de seguridad presente, valga la redundancia son sus cinturones de seguridad de tres puntos de anclaje, para los cinco ocupantes.
El piso presenta un recubrimiento de vinilo, mientras que el que está alrededor de la palanca de cambios y caja de transferencia, que se puede extraer para efectos de realizar reparaciones o ajustes de esas piezas. Los asientos son absolutamente rudimentarios, con apoyacabezas sólo en las plazas delanteras, mientras que las traseras prescinden de este elemento de confort, pero cuenta con respaldos abatibles.
Bajo su capó, encontramos una mecánica que corre por cuenta del motor ZMZ-40905, bencinero, con 2.693 c.c. de desplazamiento, cuatro cilindros, sistema de inyección electrónica, erogando 135 HP a 4.600 vueltas, mientras que su par alcanza los 217 Nm a 3.900 vueltas, acoplado a una caja manual de cinco marchas. Sólo admite gasolina de 93 octanos.
Cuenta con una caja de transferencia de dos velocidades, con sistema de desconexión de la tracción delantera. Este sistema queda al debe, puesto que resulta muy complejo operarlo, junto con no saber en que modo se va manejando. Cuenta con los clásicos modelos 2H, N, 4H y 4L. La suspensión es dependiente en ambos ejes, de resortes la delantera y de ballestas en la parte trasera.
En pista, el Hunter no está a sus anchas, sumado a un manejo muy prudiente, y no tomar curvas a demasiada velocidad, porque el balanceo es extremo. Tampoco nos gustó la elevada rumorosidad proveniente del motor, y en menor medida de los neumáticos, siendo su velocidad máxima declarada de 130 km/h, aunque recomendamos que no tome las curvas más allá de los 80 km/h. Su valor es de $11,990.000 IVA incluido.
Fotos: Raúl Farías; UAZ Hunter Clásico en Gris Oscuro Metálico.-