Luego de la Segunda Guerra Mundial, Japón, y por consiguiente Nissan estaban sumidos en una profunda crisis, por lo que los mandamases de la marca se trazaron ambiciosas metas para lograr salir del atolladero: salir a conquistar nuevos mercados fuera de la isla, siendo el objetivo primordial, el apetecido mercado norteamericano.
De ahí, que Nissan encomendará tamaña tarea al Sr. Yutaka Katayama, quien por la alegría y actitud siempre positiva, le valió ser apodado como «Mr K», que lo acompañó hasta su muerte en 2015, a los 105 años de edad.
Entró a trabajar a Nissan con apenas 25 años, buscando permanentemente la relación ideal entre humanos y automóviles, asociándola con su propia aproximación a los caballos desde que era un niño. Cuando Katayama pensaba en «algo para montar» no imaginaba un vehículo, sino un caballo.
“Los caballos no solo han brindado placer, también les debemos todo lo que nos han ayudado en el transcurso de 5 mil años. Los automóviles se idearon como su reemplazo potencial, pero solo han pasado 100 años desde que se comercializan y desafortunadamente aún no hemos tenido éxito en la producción de autos que puedan reemplazar completamente a los equinos», afirmó el ex presidente de Nissan Motor Co.
Katayama se hizo conocido por sus ideas innovadoras en cuanto se unió a Nissan como responsable de la publicidad de la marca. Una de sus grandes ideas fue presentar a la popular actriz Takiko Mizunoe junto a 10 Datsun en el escenario de Shochiku Girls Revue Company, un importante show artístico en 1935.
Otra de sus innovaciones fue concebir y promover el primer Salón del Automóvil de Japón –hoy, Salón del Automóvil de Tokio-, que se realizó en 1954 con la participación de todos los fabricantes japoneses y ayudó a impulsar el rápido avance de la motorización en el país.
También fue su idea en 1958, inscribir dos Datsun en el Mobilgas Trial Round Australia, una de las carreras más extenuantes del mundo, que recorre en 19 días, 16.000 km. de carreteras sin pavimentar en el duro interior de Australia. El objetivo era probar su rendimiento previo a la exportación a gran escala. Contra todo pronóstico, el Datsun ganó y en todo el mundo se conoció de inmediato este increíble logro.
Volviendo a los orígenes del proyecto Z, Nissan Motor Corporation tomo la asesoría prestada por el estadounidense William Edwards Deming, creador del concepto de calidad total a bajo costó, quien proyectó que Nissan lograría su plan de instalarse en norteamérica, en un plazo no mayor a cinco años.
La primera medida de Mr. K, fue lanzar una nueva marca, Datsun, con la que serían conocidos los Nissan en los mercados internacionales, además de no afectar la imagen corporativa de la firma, ante la eventualidad de no tener éxito en los distintos mercados. Corría el año 1960, y el Sr. Katayama pisaba suelo estadounidense.
«Más que a promover el rendimiento y la resistencia de nuestros productos, fui a EE. UU. para construir una red de distribuidores donde los mecánicos de Datsun siempre estuvieran de servicio y los repuestos siempre estuvieran lo suficientemente disponibles», solía recordar.
Katayama pidió a los distribuidores almacenar repuestos para estar listos ante cualquier problema y éstos trabajaron duro para cumplir. Este trabajo preliminar fue recompensado en gran medida en 1967 cuando la compañía presentó el Datsun Bluebird 510. Gracias a la confiabilidad y economía de este y otros modelos, la marca se fue abriendo paso en la mayoría de los mercados extranjeros en los que se vendía, entre los que estaba Chile. Pero tenían un pero, eran autos carentes de emoción, por lo que Mr. K decidió tomar cartas en el asunto.
Su meta era ultra ambiciosa, desarrollar un vehículo totalmente fuera de los paradigmas de la época, que se insertará dentro de los mejores autos existentes para la época, por lo que no escatimó en recurrir a la ayuda de mentes brillantes como: Albrecht Von Goetzm, de cuya mano salieron los exclusivos BMW 503 y 507, quien hizo los primeros bocetos del proyecto Z, el primer deportivo de Datsun/Nissan, teniendo en cuenta que su archirival, Toyota ya comercializaba en Japón el deportivo y hoy en día cotizadísimo 2000 GT, del que apenas se comercializaron 337 ejemplares. Corría el año 1966.
Un 22 de octubre de 1969, era presentado en Japón el flamante Datsun Fairlady Z con carrocería coupé fastback. En EE.UU. se conoció como Datsun 240Z (donde el número alude a su motor de 2.4 litros y la Z al código con que se conocía el proyecto). “Era un vehículo deportivo con un cuerpo elegante, con una nariz larga y una plataforma corta, diseñado para que pudiera construirse utilizando algunas de las partes y componentes que ya se usaban en nuestros otros automóviles de producción. Cualquiera podría manejarlo con facilidad y eso le daría al conductor esa increíble sensación de júbilo que se produce cuando el auto y el conductor son uno solo. Afortunadamente, se convirtió en un gran éxito y pronto producíamos 4.000 unidades al mes”, recordaba Mr. K.
Portaba un motor derivado del cuatro cilindros del Bluebird, pero con seis cilindros en línea y 2.393 c.c., desarrollando 151 Hp, de potencia y 201 Nm de par, acoplado a caja manuales de cuatro y cinco velocidades. No sería hasta 1971 que se ofrecería la opción de caja automática, que no tuvo buena acogida entre los compradores.
Este modelo representó la fiel demostración de que Japón podía fabricar un auto veloz, confiable y agradable de manejar, representando una seria competencia a los constructores norteamericanos y europeos.