Automovilismo
El futuro de la conducción en Tokio: elegancia, cultura y rendimiento Porsche
Una experiencia nocturna en la capital japonesa revela cómo tradición, diseño y tecnología se encuentran en la visión de Porsche para una nueva era de movilidad.

La capital japonesa, vibrante y contradictoria, se convierte en escenario de un viaje único donde el lujo silencioso y la cultura urbana dialogan con la pasión por Porsche. El periodista y creador digital Ted Gushue recorrió la metrópoli junto a su amigo Norihiro Tacamizuma, empresario, coleccionista de autos y amante de la marca alemana, en una ruta nocturna a bordo de un 911 GT3 RS (997) y un Macan Turbo eléctrico, redescubriendo la ciudad bajo una nueva mirada.
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Tokio, con sus más de 37 millones de habitantes en el área metropolitana, es un entorno fascinante para los fanáticos de la conducción. Sin embargo, lejos del caos, la ciudad ofrece una relación distinta con los automóviles: se cuidan, se mantienen y se veneran como parte de una cultura que los considera más que simples máquinas. En palabras de Gushue, en la urbe japonesa se puede dejar estacionado un Carrera GT durante semanas sin temer vandalismo, reflejo de un respeto profundo hacia los objetos y su historia.
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El anfitrión de esta travesía, Norihiro Tacamizuma, “Taca” para los amigos, representa la mezcla perfecta entre tradición y modernidad. Desde sus inicios en la efervescente escena nocturna de los años 90 hasta la creación de su bar Twelv en Nishiazabu, diseñado junto al reconocido Alexander Wang, su vida ha estado marcada por la sofisticación minimalista y la búsqueda de experiencias exclusivas. Afuera de su bar, un Porsche estacionado suele ser la señal inequívoca de que el lugar está abierto.
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Su colección de deportivos es un recorrido por la historia de la marca: del legendario 911 Turbo (930) al actual GT3 RS, pasando por generaciones icónicas como el 993, 997 y 991. Además, Taca lleva su pasión a las pistas con el Twelv. Racing Team, compitiendo en circuitos como Tsukuba y Fuji.
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El contraste entre el rugido del GT3 RS y la serenidad del Macan Turbo eléctrico permitió a los protagonistas reflexionar sobre el futuro de la movilidad en Japón. Si en el pasado la preferencia estaba marcada por los híbridos, hoy la infraestructura para los eléctricos crece con rapidez: cada nuevo rascacielos incorpora cargadores rápidos, acercando la electrificación al corazón de Tokio.
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Para Taca, conducir el Macan eléctrico es “como un jet privado bajo el agua: extremadamente suave, pero con una fuerza increíble”. La experiencia redefine lo que significa el lujo: ya no es el ruido del motor ni los acabados ostentosos, sino el silencio, la precisión y la conexión íntima con la ciudad.
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Al avanzar de noche por las iluminadas calles de Shibuya, la conducción se convierte en un diálogo con el entorno. El Macan eléctrico no solo despliega potencia, sino también un ritmo pausado que permite apreciar los pequeños detalles: una fachada tradicional, un arreglo floral, el murmullo de un izakaya escondido.
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Para Taca, la conclusión es clara: “Los coches eléctricos no son solo una cuestión medioambiental, son una expresión de sutileza y sofisticación. El Macan es el complemento perfecto para mi pasión de siempre”. En su visión, esa mezcla de potencia silenciosa, diseño intemporal y cultura japonesa marca el camino hacia el futuro de la conducción en Tokio. Y Porsche, con modelos que logran combinar emoción y sostenibilidad, se posiciona como protagonista de esa transformación.
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