Actualmente, y a pasos agigantados la era digital va marcando cada vez más presencia en los automóviles contemporáneos, al igual que la electrónica. A veces, quienes estamos en el día a día de la industria del automóvil, tendemos a creer que los fabricantes han olvidado que el automóvil tiene como esencia ser un medio de transporte económico al comprar, fácil de mantener, útil para su dueño, y acomodar a la mayor cantidad de gente en el menor espacio posible.
Lograr equilibrar en la balanza los puntos señalados anteriormente, no es tarea fácil, Pero aún así, el mercado tiene espacio para vehículos que nos transporten desde el punto A al punto B, que viene a ser el protagonista de nuestra prueba de manejo semanal: el actualizado Suzuki Alto 800.
40 años de trayectoria que lo convierte en un auto urbano consolidado
Este año, el integrante más pequeño de la casa japonesa está cumpliendo nada menos que cuatro décadas de vida con ocho generaciones en total, de las que se han vendido millones de unidades alrededor del mundo, permitiendo a muchos tener la independencia para vivir momentos memorables y aventuras que son parte de la historia familiar y el espíritu «Way of life» de la marca japonesa.
La creación del Alto fue la fuerza impulsora detrás de dos fenómenos importantes en el mercado automotriz japonés: el crecimiento en el número de hogares que compraban segundos automóviles y el crecimiento en el número de mujeres conductoras en esa época.
Este modelo, que otrora lo conocimos como Fronte, luego como Maruti, desde 2005 en Chile lo conocemos como Alto, con una motorización de 1.1 litro, y un año más tarde se introduce la versión de 800 cc. En 2010, llegó la versión con motor 1.0 lt. Actualmente, se comercializa el Alto 800 en una versión y el Alto K10 en tres versiones diferentes, siendo uno de los citycars más conveniente del mercado. Más de 54 mil unidades del Alto recorren nuestras calles y carreteras desde 2005 a la fecha.
Diseño que apela a la funcionalidad y simplicidad
Desde septiembre pasado el Alto presenta una sutil actualización que abarcó su exterior, interior, así como su equipamiento de confort y seguridad.
Por lo demás, consideramos que hay que valorarlo desde una perspectiva más funcional que estética: No es un objeto de diseño ni pretende serlo, y su exterior es muestra de ello. Lo que sí pretende ser es un vehículo funcional de bajo precio y costo operacional, que cumple muy bien su función.
Este citycar, proveniente desde la filial Suzuki Maruti en India, en su modelo 2020 presenta una nueva parrilla doble: una superior con fondo negro que luce más grande, junto con otra inferior tipo panal de abejas. El parachoques delantero también fue rediseñado con pliegues en forma de C, además de llevar espacios para neblineros, cuya existencia extrañamos en la versión probada.
De costado, se mantiene idéntico, con una línea de techo que alcanza su punto más alto a la altura de las plazas delanteras, para luego ir descendiendo hacia el pilar C, momento que marca un descenso abrupto en el portalón.
La línea de cintura se manifiesta a la altura de las ventanas, ascendiendo desde la parte delantera hacia la trasera, mantiene los sutiles pasos de ruedas que albergan neumáticos Goodyear GPS2 de medida 145/70 R13 con tapas de ruedas con el mismo diseño que las de su antecesor. Los espejos exteriores son negros, regulables y abatibles manualmente, además de ser uno de los pocos autos en contar con una antena oculta de despliegue manual en el pilar A del lado del conductor.
Su zaga me recuerda a la del Celerio de primera generación (2012), con un vidrio posterior ancho y amplio, que nos hubiese gustado que contase con un limpiaparabrisas trasero, una tercera luz de freno dispuesta por dentro del portalón, en la parte superior central del vidrio posterior. Las luces traseras mantienen su disposición vertical.
Tanto el portalón, como el parachoques, en esta zona del auto, se mantienen sin cambios, aunque pensamos que la pequeña hendidura central, que permite abrir el portalón, podría estar situada en una parte que resulte más cómoda de operar.
Algunas de sus dimensiones, debido a la actualización, experimentaron ligeras variaciones 3.446 mm (+16mm); 1.490 mm de ancho y 1.475 mm de alto, mientras que su distancia entre ejes alcanza los 2.360 mm. Su pequeño maletero admite 180 litros de equipaje. Su reducido radio de giro de apenas 4,6 metros, le permite desenvolverse fácilmente en calles estrechas.
Cambios menores en su cabina
Los cambios en su interior se evidencian al apreciar su renovado cuadro de instrumentos y consola, partiendo por ligeras variaciones de diseño del volante, el cuadro de instrumentos ahora dispone de un tacómetro, con bordes satinados en las ventilas laterales tipo turbina de avión y los contornos del panel de instrumentos.
En la consola se rediseñaron las salidas de aire, donde el interruptor de los intermitentes fue reubicado pasando desde la parte baja a estar entre ambas ventilas. El sistema de audio es táctil con una generosa pantalla.
Más abajo encontramos los diales giratorios del sistema de climatización, que en el caso de nuestra versión consideraban aire acondicionado, cuya activación, llevando el auto circulando, provoca un cierto sobresalto en su unidad motriz, pero elogiamos su buena capacidad de enfriamiento.
Más abajo encontramos un portavasos doble, un puerto USB y un espacio portaobjetos, que resulta algo incómodo de alcanzar.
Los comandos de los alzavidrios eléctricos delanteros están situados justo detrás de la palanca de cambios, por lo que hay que acostumbrarse a su uso en esa posición.
Adentro, permite que cuatro personas viajen con relativa comodidad, gracias principalmente a su altura interior (de ahí su nombre), ya que el resto de las dimensiones son más bien justas (en las plazas delanteras, el hombro del conductor fácilmente choca con la puerta). El espacio no sobra, pero tampoco falta. Las terminaciones interiores están mejoradas, con una impresión de mayor calidad, con plásticos de buen tacto.
El cierre central no tiene botón para su apertura o cierre, y para hacerlo deberemos levantar los “pestillos” (como se hacía hace 15 años).
Mecánica eficiente y archiprobada
El renovado Alto tiene un motor tricilindrico de 796 c.c., entregando una potencia de 47 caballos de fuerza a 6.000 rpm y un torque máximo mayor de 69 Nm a 3.500 rpm. Integra cambios en la caja de transmisión mecánica de cinco velocidades, la que ahora es más precisa, debido a algunos cambios técnicos en su engranaje. En este motor se redujeron en casi un 25% los óxidos de nitrógeno (NOx) en las emisiones vehiculares. Para lograr lo anterior los ingenieros indios actualizaron el hardware y el software del motor.
Impresiones de manejo
Al darle partida, se sienten vibraciones que, son propias de un motor de estas características. Lo más interesante, junto con su ajustado consumo, es su manejo. Para un citycar, uno de los objetivos principales es el bajo costo de uso, lo que aquí se logra es una agilidad que debemos destacar.
Se mueve bien, aunque sin demasiada agilidad pensando en los 47 hp disponibles. Tiene unos desarrollos que ayudan a mover con soltura el automóvil, incluso si se trata de calles con grandes pendientes o si debemos circular por alguna autopista.
La dirección eléctrica funciona bien, pero tiene un tacto muy artificial, donde cuesta que vuelva, y a veces se demora en reaccionar, pero después de que nos acostumbramos a su funcionamiento, no es de mayor complicación.
La suspensión trabaja bastante bien también, con una configuración delantera independiente con espirales y barra de torsión, y una trasera de eje rígido con brazo arrastrado, la que se siente bastante estable en la mayoría de las situaciones, ayudada por su bajo peso en orden de marcha, de sólo 735 kg. Copia el terreno bastante bien, sin ruidos molestos ni topes. Sus frenos, de discos delanteros y tambores traseros, funcionan correctamente. Ahora viene con sistema antibloqueo de frenos (ABS) y el Sistema electrónico de distribución de la fuerza de frenado (EBD). El ABS ayudará a evitar derrapes al controlar electrónicamente la presión de frenado.
También ayudará a mantener el control de la dirección al frenar en superficies resbaladizas o al frenar con fuerza. El ABS funciona automáticamente, siempre que detecta que las ruedas están bloqueadas.
En suma, este ya clásico producto japonés (bueno Indio en este caso) mejora en varios puntos al anterior Alto 800, con un diseño clásico, más moderno e igual de funcional. Es un producto pensado para durar y durar, y que busca mantener un precio de reventa elevado, y con un costo de uso bajo para su usuario.
Fotos: Raúl Farías; Suzuki Alto 800 FL GLX AC en Rojo Perlado