BRUSELAS.- Octubre 4 de 2010.- Agencias.- General Motors (GM) ha confirmado hoy el cierre a final del año de la fábrica de su filial Opel en Amberes (norte de Bélgica), en la que trabajan 1.300 personas, pero ha mostrado a la vez su disposición a discutir hasta entonces toda “oferta razonable” sobre la planta.
GM Europa ha anunciado en un comunicado que clausurará la planta de Amberes, pero recalcó que está abierta a escuchar las ofertas que puedan producirse antes del próximo 31 de diciembre, fecha prevista para el cierre.
Según la compañía, ningún candidato a la compra de la planta ha presentado un plan de negocio sostenible para la fábrica.
GM había negociado con los sindicatos que si no había un comprador viable a finales de septiembre la planta se cerraría.
El fracaso de las negociaciones con los dos candidatos a adquirir la fábrica, una compañía estadounidense y otra china, supondrá el despido de las 1.300 personas que actualmente trabajan en la planta.
Mediante un acuerdo alcanzado también con las organizaciones sindicales, la empresa había acordado retrasar el cierre de la fábrica del 30 de junio al 31 de diciembre, a fin de dar más tiempo para encontrar un posible inversor.
Los sindicatos, por su parte, ya han anunciado acciones a nivel europeo al considerar que GM no ha dado “oportunidades reales de supervivencia” de la fábrica ya que, en opinión de las centrales FGTB y la CSC, el candidato chino era viable.
“Todo lo que pedimos es que continúe la fabricación de coches aquí: todavía hay previsto un volumen de 20.000 vehículos para 2011?, declaró a la agencia Belga el portavoz de la FGTB, Rudi Kennes.
Para el sindicato ACV-CSC Metea, el anuncio de GM significa “el golpe de gracia para los trabajadores de Opel Amberes y sus subcontratados”.
La organización se ha mostrado dispuesta a colaborar con el Gobierno de la región de Flandes, donde se encuentra la fábrica, para impulsar un nuevo proyecto industrial que implique a los trabajadores.
Los trabajadores podrán acogerse a una prejubilación voluntaria a partir de los 50 años, o elegir una prima de despido que se calculará en función de su antigüedad en la empresa y no podrá superar los 144.000 euros.
Además, todos los empleados recibirán una prima neta de 2.295 euros.
El cierre de la planta de Amberes forma parte del plan de reestructuración de GM, destinado a reducir su exceso de capacidad de producción en el continente, y que prevé la supresión de unos 8.300 de los aproximadamente 50.000 trabajadores en toda Europa.
La factoría de Amberes ya había sufrido duras reestructuraciones en los últimos años, puesto que en 2006 contaba con 4.760 puestos de trabajo.
En su momento álgido, en 1981, esa fábrica tenía 12.600 trabajadores.
Éste es el último varapalo que sufre la industria del automóvil en Bélgica, donde los fabricantes extranjeros no han dudado en cerrar o reestructurar plantas para intentar preservar el empleo en sus países de origen.
En 1997, Renault anunció el cierre de su planta de Vilvoorde (cerca de Bruselas), y sólo mantuvo 400 de sus 3.100 trabajadores.
Ford inició en 2003 una reestructuración en su fábrica de Genk (este del país) que supuso la perdida de 3.000 empleos de un total de 8.300, mientras que en 2006 Volkswagen recortó a cerca de la mitad los 5.000 puestos de trabajo de su planta de Bruselas, que ahora fabrica los Audi A1.
BRUSELAS.- Octubre 4 de 2010.- Agencias.- General Motors (GM) ha confirmado hoy el cierre a final del año de la fábrica de su filial Opel en Amberes (norte de Bélgica), en la que trabajan 1.300 personas, pero ha mostrado a la vez su disposición a discutir hasta entonces toda “oferta razonable” sobre la planta.
GM Europa ha anunciado en un comunicado que clausurará la planta de Amberes, pero recalcó que está abierta a escuchar las ofertas que puedan producirse antes del próximo 31 de diciembre, fecha prevista para el cierre.
Según la compañía, ningún candidato a la compra de la planta ha presentado un plan de negocio sostenible para la fábrica.
GM había negociado con los sindicatos que si no había un comprador viable a finales de septiembre la planta se cerraría.
El fracaso de las negociaciones con los dos candidatos a adquirir la fábrica, una compañía estadounidense y otra china, supondrá el despido de las 1.300 personas que actualmente trabajan en la planta.
Mediante un acuerdo alcanzado también con las organizaciones sindicales, la empresa había acordado retrasar el cierre de la fábrica del 30 de junio al 31 de diciembre, a fin de dar más tiempo para encontrar un posible inversor.
Los sindicatos, por su parte, ya han anunciado acciones a nivel europeo al considerar que GM no ha dado “oportunidades reales de supervivencia” de la fábrica ya que, en opinión de las centrales FGTB y la CSC, el candidato chino era viable.
“Todo lo que pedimos es que continúe la fabricación de coches aquí: todavía hay previsto un volumen de 20.000 vehículos para 2011?, declaró a la agencia Belga el portavoz de la FGTB, Rudi Kennes.
Para el sindicato ACV-CSC Metea, el anuncio de GM significa “el golpe de gracia para los trabajadores de Opel Amberes y sus subcontratados”.
La organización se ha mostrado dispuesta a colaborar con el Gobierno de la región de Flandes, donde se encuentra la fábrica, para impulsar un nuevo proyecto industrial que implique a los trabajadores.
Los trabajadores podrán acogerse a una prejubilación voluntaria a partir de los 50 años, o elegir una prima de despido que se calculará en función de su antigüedad en la empresa y no podrá superar los 144.000 euros.
Además, todos los empleados recibirán una prima neta de 2.295 euros.
El cierre de la planta de Amberes forma parte del plan de reestructuración de GM, destinado a reducir su exceso de capacidad de producción en el continente, y que prevé la supresión de unos 8.300 de los aproximadamente 50.000 trabajadores en toda Europa.
La factoría de Amberes ya había sufrido duras reestructuraciones en los últimos años, puesto que en 2006 contaba con 4.760 puestos de trabajo.
En su momento álgido, en 1981, esa fábrica tenía 12.600 trabajadores.
Éste es el último varapalo que sufre la industria del automóvil en Bélgica, donde los fabricantes extranjeros no han dudado en cerrar o reestructurar plantas para intentar preservar el empleo en sus países de origen.
En 1997, Renault anunció el cierre de su planta de Vilvoorde (cerca de Bruselas), y sólo mantuvo 400 de sus 3.100 trabajadores.
Ford inició en 2003 una reestructuración en su fábrica de Genk (este del país) que supuso la perdida de 3.000 empleos de un total de 8.300, mientras que en 2006 Volkswagen recortó a cerca de la mitad los 5.000 puestos de trabajo de su planta de Bruselas, que ahora fabrica los Audi A1.