La veíamos a menudo estacionada en una céntrica calle de nuestra capital. Cómo no era fácil detectar a su dueño, decidimos dejarle un mensaje en el vidrio, manifestándole nuestro interés por reportear este interesante y exótico monovolumen de Toyota. Indagar en su historia no nos resultó para nada fácil, puesto que la información relativa al modelo es escasa, llegando incluso a tener que investigar en le hemeroteca de la Biblioteca Nacional. Nos referimos al Toyota Previa, del que reporteamos la versión 2.4 LE fabricado en 1991.
Este particular modelo de la casa japonesa, fue el relevo de un modelo que es considerado como el fundador de los MPV o vehículos multipropósito, como aconteció con el Toyota Spacecruiser de 1983, que era una versión más refinada y americanizada del LiteAce, que conocimos en Chile, entre 1988 y 1992.
Toyota apostó por un diseño futurista con el empleo de un motor central. Sus líneas fueron obra de Tokuo Fokuichi, que ahora es jefe global de diseño de Lexus. Su nombre alude al término italiano «Previdenza», que significa providencia o previsión. En su mercado de origen se conoce como Estima, mientras que para los de exportación se llamó Previa. Fue fabricada hasta 1997 cuando es reemplazada por el Toyota Sienna.
Cabe consignar que por aquellos años, los diseños de las minivan eran predominantemente rectos, inaugurando una transición hacia líneas más ovaladas, que luego encontraríamos en modelos como Ford Aerostar y Mazda MPV, pero con cierta semejanza en la propuesta del Oldsmobile Silhouette. Sin duda era una buena manifestación del diseño contemporáneo, que incluso en la actualidad hace que luzca moderna frente a sus contermporáneas.
Su orgulloso dueño, Sr. Daniel Valenzuela, nos comenta que la adquirió en 1998 en la Automotora Víctor Manuel Palacios. Su anterior propietario fue un funcionario internacional de la embajada norteamericana. «La ví, la probé y quedé encantado», señaló Valenzuela. Nos cuenta que le ha servido mucho para viajar con su familia, llegando hasta Argentina y Uruguay en ella. «Su andar es espectacular, con asientos muy cómodos. El hecho de que tenga control de velocidad crucero me hace descansar a la hora de enfrentar trayectos extensos».
Consultado don Daniel respecto del mantenimiento de su Toyota Previa nos dice con total seguridad: «Es un auto que no da problema alguno. Incluso cuando lo llevo a la revisión técnica, se quedan admirados los mecánicos, y no pueden creer que sea catalizada, tomando en cuenta su año de fabricación.» Nos cuenta que tiene su mecánico de confianza que le realiza un chequeo en ruta. Generalmente le hago una revisión completa anual a finales de año, antes de salir de viaje.
Haciendo un análisis de sus líneas, tenemos un frontal donde resalta la generosa superficie vidriada de su parabrisas delantero sutilmente ahumado, con la presencia de dos limpiaparabrisas de barrido invertido (desde dentro hacia fuera del parabrisas). Dispone de un capó, que da acceso a elementos fundamentales del motor como son: batería, estanque del depósito del lavaparabrisas, depósito de aceite del motor y caja de fusibles, puesto que su motor se esconde bajo los asientos delanteros.
Los ópticos principales son alargados horizontalmente y se presentan seccionados en dos piezas: principal que acoge las luces bajas y altas, y un secundario lateral que alberga las de posición e intermitentes. Al centro encontramos una máscara de tres lamas con sutiles ornamentaciones cromadas.
Para darle mayor destaque a su carrocería, Toyota optó por usar un bitono, negro en el caso del ejemplar que nos convoca, presente en su paragolpes, además de los revestimientos laterales inferiores, que hace las veces de protectores de las zonas del zócalo y laterales del auto. Otra toma de aire adicional que refrigera el motor, se encuentra en la parte inferior central del parachoques delantero.
Viendo la Toyota Previa de costado, observamos la presencia de dos puertas delanteras con un delgado marco negro, sumado a la presencia de una aleta fija delantera. Los espejos laterales con reglaje eléctrico, lucen algo pequeños, tomando en cuenta las cotas de este automóvil, pero otorgan una correcta visión de los laterales.
Una banda de color negro, marca el límite entre la superficie vidriada y la de acero. Los vidrios laterales traseros son amplios y presentan terminación «Privacy Glass», algo que también tenían sus competidoras de la época como eran Chevrolet Astro, Ford Aerostar y la citada Oldsmobile. Se accedía a su habitáculo accionando dos manillas de color negro, dispuestas de manera horizontal. Las ventanas laterales tiene la característica de ser pivoteables desde el interior.
Se desliza sobre neumáticos de medida 195/70 R15 con tapas de ruedas con cinco orificios que dan la sensación de permanente movimiento.
Su zaga está presidida por la presencia de un spoiler superior. Nuevamente encontramos un amplio vidrio posterior, ahumado también, cuya impecable presencia estaba garantizada gracias a la presencia de un limpiaparabrisas posterior.
Los ópticos traseros están dispuestos como una franja que recorre todo el ancho del vehículo, en combinación rojo/naranja, dejando el espacio algo justo para la placa patente al centro. Se reconoce como un Toyota por la presencia del logo de su fabricante, en el capó y en el portalón trasero, sumado a la presencia del monograma Previa LE sobre el óptico trasero izquierdo.
No podemos dejar en el tintero, la presencia en esta versión de un generoso techo eléctrico, que al abrirlo se superpone por sobre el techo de la carrocería, algo que recién ahora vemos en vehículos actuales. Lógicamente, en caso de tener que transportar abundante equipaje, la Toyota Previa dispone de dos roof rail, listos para montar barras portaequipajes.
Sus cotas alcanzan los 4.750 mm de largo; 1.800 mm de ancho; 1.780 mm de alto y una batalla que llega a los 2.860 mm.
Si la carrocería de la Toyota Previa le pareció novedosa, espere a conocer lo que nos depara su habitáculo que puede acoger hasta siete ocupantes mediante la siguiente distribución: 2+3+2. Los asientos van revestidos en ese grueso téxtil presente en los Toyota de alta gama, en color gris claro. Los asientos delanteros son butacas tipo capitán, envolventes y cómodas, a las que uno rápidamente se adapta. Ambos presentan reposabrazos regulables Una particularidad es la presencia del clásico freno de mano del lado izquierdo del asiento del conductor.
El revestimiento interno de las puertas delanteras es en parte textil. Al alcance de la mano del conductor están los mandos del los alzavidrios eléctricos delanteros. Más abajo, en la zona del portamapas, encontramos el comando para ajustar los espejos exteriores y bloqueo centralizado de puertas.
La zona del tablero y consola de la Toyota Previa también se muestra adelantada a su tiempo, con tres curvaturas, las que agrupan los controles en una consola, partiendo por la visera que alberga el cuadro de instrumentos que presenta, de izquierda a derecha: indicadores analógicos de temperatura del refrigerante del motor, testigos luminosos de cambio de aceite, nivel de aceite bajo, batería, check engine, velocidad crucero, cinturones desabrochados, puertas abiertas y nivel crítico de aceite. Luego viene el velocímetro con unidades de medida en millas por hora con gráfica blanca y en amarillo, la concerniente a kilómetros por hora. Bajo el velocímetro se ubica el indicador de la palanca de cambios automática con gráfica en distintos colores, para alertar debidamente al conductor acerca de la marcha engranada.
Alrededor del volante encontramos una serie de palancas, siendo la más atípica aquella que controla la transmisión de cuatro marchas. Otros comandos agrupados en su entorno son los de señalización, luces, regulador de altura del volante, comando de los limpiaparabrisas y velocidad crucero.
La consola agrupa las salidas de aire, dispuestas verticalmente hacia cada uno de los ocupantes de los asientos delanteros. La zona superior concentra los mandos del sistema de climatización, todos con accionamiento mediante palancas, salvos los interruptores que operan el sistema de aire acondicionado, desempeñador y hazard de emergencia.
Inmediatamente debajo encontramos el sistema de audio marca Toyota con sistema reductor de ruidos Dolby y seis memorias de operación digital. Sobre el espejo retrovisor interior, encontramos un pequeño plafonier que agrupa el reloj digital y la luz de lectura central delantera.
En el techo, justo detrás de la abertura del techo solar, encontramos una rejilla de aireación que abarca todo el ancho del auto, con un comando para la operación del sistema de aire acondicionado para las plazas posteriores, cuyo flujo es regulable mediante tres velocidades.
Toyota no escatimó en presentar su habitáculo con terminaciones de alta calidad, como son sus cinturones delanteros regulables en altura, revestimientos internos revestidos en material textil.
Dentro de la Toyota Previa, los asientos de los pasajeros resultan cómodos, permitiendo los desplazamientos con cierto grado de comodidad. La gracia de la tercera fila, es que ésta se flexiona y se aplana sobre los costados para efectos de acomodar la carga o equipaje. Su maletero podía admitir entre 670 y 1.800 litros.
Sin embargo, lo más llamativo es su propulsor dispuesto de manera central. Se trata de un motor 2TZ-FE, bencinero con un desplazamiento de 2.438 c.c., cuatro cilindros, 16 válvulas DOHC, él que tiene la gracia de que va montado sobre su costado en un ángulo de 75º, debajo del piso. Este propulsor eroga una potencia de 138 HP a 5.000 vueltas, mientras que su par motor alcanza los 204 Nm a 4.000 rpm.
Lo anterior redunda en una serie de ventajas, entre las que se cuenta una excelente distribución de peso (tomando en cuenta que en la balanza anota 1.621 kilos netos), sumado a un centro de gravedad bajo. El motor va cubierto por debajo por una plancha protectora, mientras que las funciones de servicio más recurrente están bajo el capó.
Pudimos hacer un pequeño test drive de la Toyota Previa, comprobando la eficiencia de su suspensión independiente, Mc Pherson delantera y cuatro articulaciones con una varilla Panhard posterior, otorgando una calidad de marcha que ponía a la Previa a la cabeza de sus competidores de esos años. La capacidad de frenado estaba garantizada por la presencia de frenos de discos delanteros y tambores traseros (opcionalmente se podía ordenar con discos posteriores), obviamente apoyados por sistema ABS.
Esta versión tenía tracción a las ruedas traseras, pero en EE.UU. y Canadá se comercializaron unidades con sistema de tracción integral All Trac, que divide el par 50/50 entre ambos ejes.
Fotos: Raúl Farías; Toyota Previa 3.0 LE en Blanco.