La tecnología que se esconde detrás de una abreviatura inglesa ESP (Electronic Stability Program), que significa sistema de control electrónico de estabilidad, él que apoya al conductor en situaciones de manejo críticas aplicando una fuerza de frenado medida a una o más ruedas y, si es necesario, ajustando el par motor. Esto permite que el vehículo siga la dirección especificada por el ángulo del volante de dirección. En Europa ha salvado la vida de 15 mil personas.
Fue mayo de 1995, que el ESP tuvo su estreno en la producción en serie en el Mercedes-Benz S600 Coupé de la serie 140, por lo que actualmente celebra un cuarto de siglo de existencia. En Chile, será obligatorio para todos los autos nuevos que se vendan en 2021.
Una anécdota clave: el rápido aumento del sistema de asistencia para convertirse en un estándar mundial comenzó en octubre de 1997. Durante la conocida prueba del alce, de la primera generación del Mercedes – Benz Clase A por parte de un periodista sueco, el automóvil compacto excedió sus límites de conducción dinámica y se volcó al intentar una maniobra evasiva abrupta. El resultado fue inicialmente un revés, pero la compañía abordó el problema de frente como un desafío de diseño.
La entrega de la Clase A se pospuso por doce semanas y el sistema de asistencia ESP se implementó en todos los automóviles como un componente estándar. Con un resultado rotundo: la Clase A ahora obtuvo mejores resultados que sus competidores, incluso en pruebas extremas. En 1999, Mercedes-Benz se convirtió en la primera marca en equipar a todos sus modelos pasajeros con este sistema de seguridad de conducción como característica estándar. Este paso envió una señal a toda la industria.
El ESP se basa en el exitoso sistema de frenos antibloqueo (ABS) y las tecnologías de control antideslizante (ASR), pero utiliza una tecnología de sensor aún más extensa que incluye sensores de ángulo de dirección, aceleración lateral y velocidad de guiñada. El sensor de velocidad de guiñada producido por Bosch es un componente clave detrás del éxito de ESP. Este sensor detecta con precisión el movimiento de rotación del vehículo sobre su eje vertical, lo que significa que el sistema electrónico puede detectar movimientos de deslizamiento, por ejemplo. En base a estos datos, el sistema calcula la respuesta correctiva de frenado necesaria en milisegundos. Fotos: Daimler Media