Sin duda que la historia del automóvil es apasionante, más aún tratándose de autos clásicos. Sin embargo, dentro de ella existen numerosos casos de modelos de automóviles que han sido sonados fracasos para sus fabricantes, por diversas razones, que van desde ser considerados como incomprendidos, hasta aquellos que no gustaron por presentar diseños demasiados avanzados para su época. Ejemplos hay varios desde el Chrysler Airflow hasta modelos más actuales como el Ford Edsel, Renault Avantime o VW Phaeton.
Al momento de redactar esta crónica, debo señalar que no fue fácil sumergirme en la historia de un vehículo cuyo nombre pasó a ser un fracaso profundo en la historia del gigante de Detroit durante la década de los cincuenta, nos referimos al Ford Edsel, fabricado entre julio de 1957 y noviembre de 1959.
Los orígenes del proyecto E
Veamos cómo se origina su historia. Ford Motor Company, cayó en cuenta de que tenía un vació en su portafolio de productos, la que carecía de autos de pasajeros mendianos. Así como sus competidores tenían oferta de modelos, los clientes de la marca del óvalo, sólo podían mirar a modelos de gama más alta pertenecientes a sus marcas Mercury y Lincoln, por lo que estaban experimentando una fuerte pérdida de clientes. Se hacia necesario contar con un modelo intermedio entre Ford y Mercury.
Es por ello que la marca destino al proyecto de fabricación de este nuevo modelo, la no despreciable suma de USD 250 millones, en la creación de la División Edsel (los que representaban un cuarto de todo lo invertido por la marca en el plazo de una década). El proyecto comenzó a gestarse a finales de 1948, bajo el código E (de experimental). Sobre el origen de su denominación, se sabe al menos de dos historias: La primera señala que se barajaron nada menos que 20 mil nombres, hasta que fue bautizado de forma terminante por el Presidente de la compañía, Henry Ford II, como Edsel, en honor a su padre que había dejado este mundo en 1943. Otras fuentes señalan que fue llamado Edsel por Richard Krafve, Gerente General de la División de Productos especiales de Ford, luego de revisar una lista de casi 8 mil sugerencias provenientes de la agencia de publicidad, empledos de la compañía e incluso aportes realizados por la poetisa Marianne Moore.
Lanzamiento apoteósico
El auto comenzó a ser fabricado a contar del 15 de julio de 1957. Su lanzamiento fue precedido por una monumental campaña de marketing que comenzó en 1955, la consideró variables como el perfil de cliente: profesional joven, la cantidad de personas dispuestas a comprarlo en cada ciudad, tomando en cuenta variables como su nivel de ingresos, gustos, auto que poseían, entre otros factores decisionales. Se designaron cinco plantas para su fabricación: California, Massachusetts, Michigan, New Jersey y Kentucky, sumado al fichaje de cerca de 1.200 a 1.400 concesionarios a lo largo de los EE.UU. que estuviesen dispuestos a comercializarlo.
Todo lo anterior fue apoyado por la entrega de adelantos o «teasers» del auto en las principales revistas de circulación nacional, por medio de una poderosa campaña publicitaria, hasta que llego el esperado «E Day», cuando el 4 de septiembre de 1957, cuando se calcula que alrededor de 2.5 millones de norteamericanos se volcaron a los concesionarios a conocer el flamante Ford Edsel 1958. Ford proyectaba colocaciones, sólo para el primer año de ventas, entre 100 mil a 200 mil unidades, pero la realidad dijo todo lo contrario: en 1958 apenas 63.110 Edsel salieron rodando desde las vitrinas. El año siguiente las cifras fueron aún peores: 44.891 ejemplares, mientras que para 1960, sólo se vendieron 2.846 Edsel.
Detalles del Edsel
El modelo apuntaba al segmento medio de automóviles. Su gama se componía de dos series básicas: Ranger de cuatro puertas y Pacer de dos puertas. Las series más lujosas eran los Corsair, Citation. En total eran 18 modelos distintos, de los cuales, dos eran convertibles y cinco correspondían a Station Wagons conocidos como Villager.
Las fotos que ilustran esta nota corresponden a un Ford Edsel Pacer (Coupé de dos puertas). Analizando sus líneas, que fueron obra del diseñador jefe de Ford, Roy Brown, que fue el creador del Lincoln Futura que se ve en la serie de TV Batman de 1966, no era un auto mal logrado, a excepción de su particular máscara frontal dispuesta verticalmente, que en su tiempo, y aún hoy es objeto de las más variadas interpretaciones. La publicidad de Ford Edsel empleaba eslogans de este tipo: «He aquí el Edsel, nunca se había visto un automóvil como este».
Sus dimensiones son impensadas para la época actual. Este modelo alcanza nada menos que los 5.410 mm de largo; 2.000 mm de ancho y 1.430 mm de alto, con un peso que iba desde los 1.790 a los 2.130 kilos, según versión.
La punta central del capó lleva el logo «E», que preside la calandra central con abundante presencia de contornos cromados. A ambos costados se ubican los dobles faros principales con proyectores de yodo (de corto y largo alcance). Bajo ellos se ubican las tomas de aire del radiador, con la presencia de repetidores de los intermitentes en las esquinas, sumado a la presencia de un robusto paragolpes delantero, con evidentes remaches y la presencia de topes de goma que evitaban golpes menores.
Al verlo de costado, llama nuestra atención su extenso capó, abultado al centro, además de la presencia de un pequeño retrovisor circular del lado del conductor en posición adelantada a donde habitualmente encontramos esta pieza. Al contar con un efecto bicolor, el auto parece tener un techo flotante, pero vemos claramente el pilar A cromado, con la presencia de una luneta delantera practicable. La puerta dispone de marco cromado, mientras que la ventana lateral de los pasajeros traseros, dispone de accionamiento manual.
Ambos laterales presentan en la sección del paso de ruedas delantero y sección central de las puertas un notorio listón cromado, además de la grafía «Pacer» en la sección delantera. El zócalo iba revestido en cromo, al igual que los tiradores que permiten abrir y cerrar sus pesadas puertas.
Un detalle muy futurista es la presencia en su lateral posterior de una hendidura que se asemeja al trazado que realiza un cometa por el espacio, con presencia de pintura en tonalidad blanca, siempre con contornos cromados, en la que subyace otra de menores dimensiones con acabado metalizado y la leyenda «Edsel» en relieve. Los neumáticos aro 14, portan tapas de ruedas de acero pintadas en el color principal del auto, con diseños cromados en relieve. El eje trasero luce la sección superior de las ruedas semiocultas. Al costado derecho dispone de una antena, que opcionalmente podía contar con accionamiento eléctrico.
La zaga del Ford Edsel Pacer también resulta original, por cuanto su diseñador la dotó de luces de reversa más llamativas que las principales, que lucen como alas de un ave, dispuestas horizontalmente. Acá el parachoques sigue el estilo del visto en su frontal pero de una sola pieza. La tapa del portamaletas posee dos nervios, que le dan más carácter a sus hombros laterales, sumado a la presencia de la leyenda «Edsel» grabada sobre el maletero.
Al abordarlo, nuestro olfato percibió ese característico aroma a «auto antiguo», que de seguro a personas que conocieron el esplendor de autos de esos años, los deben volver a revivir situaciones del pasado. De partida los asientos se presentan como una suerte de banca o sofá, sin reposacabezas delantero, pero con respaldos fraccionados, revestidos en parcialmente en cuero y felpa.
Otro elemento llamativo es su volante con empuñadura delgada y generoso radio, cuyo diseño, si eliminamos los comandos de accionamiento de la bocina, nos recuerda el logo de un conocido fabricante alemán. El cuadro de mandos y la consola presentan un revestimiento bitono (rojo/blanco) metalizado.
La pestaña que agrupa el cuadro de instrumentos, reúne cuatro relojes analógicos, los que de izquierda a derecha son: una original brújula (el GPS de la época), temperatura del refrigerante, velocímetro dispuesto de una manera muy particular, donde no podemos saber cuál es su velocidad punta, reloj, y un cuarto que informa acerca del funcionamento del sistema de climatización.
Bajo aquellos recuadros circulares, encontramos pulsadores que permiten accionar las luces, antena eléctrica, luces de cortesía interior, ventilador forzado de la cabina, limpiaparabrisas y encendedor de cigarrillos.
Delante del volante, se hallan dos palancas: la izquierda para accionar los señalizadores de viraje y una al costado derecho para accionar la transmisión. Tanto el freno de estacionamiento y la apertura del capó se accionan tirando dos palancas situadas bajo el tablero al costado izquierdo, signadas como «Brake» y «Hood».
Los viajes abordo del Ford Edsel eran amenizados con la presencia de un sintonizador de radio AM/FM con cinco presintonías, reproducidas mediante un altavoz central. De lado del copiloto encontramos una gran guantera dotada con llave para evitar intromisiones inoportunas.
La habitabilidad, al menos en el puesto de manejo, no nos resultó del todo grata, por cuanto el amplio radio del volante, sumado a la postura demasiado cercana de éste de parte de la banca delantera, hace que resulte incómodo ponernos tras su volante. Sumado al escaso espacio disponible para las piernas.
Dentro del equipamiento del Ford Edsel, encontramos algunas novedades y una gran cantidad de equipamientos opcionales como son frenos autoajustables, asientos delanteros con cinturones de seguridad, cambio automático por medio de botones que estaban al centro del volante, tacómetro, velocímetro con una luz roja de aviso que se encendía al alcanzar una velocidad prefijada, aire acondicionado, asientos eléctricos, vidrios eléctricos con tinteado incluido.
Motores V8 de alta potencia
Bajo el capó, cuya apertura se realiza de manera opuesta a la que tradicionalmente estamos acostumbrados ver en un auto, yace un motor de 8 cilindros en V, con árbol de levas central y carburador de cuatro cuerpos, totalizando un desplazamiento de 5.440 c.c. con 235 CV, que equipaba a los Edsel base. Los Pacer y Ranger elevaban su cilindrada hasta los 5.911 c.c. con 307 CV, mientras que los Citation y Corsair cubicaban 6.719 c.c. con 350 CV.
Una particularidad es que el bloque motor lleva grabado en letras rojas el número 400, cifra que alude directamente al par o torque capaz de desarrollar.
La caja de cambios podía ser una manual de tres marchas, otra de cuatro relaciones o bien una particular automática que se denominaba «Teletouch». La capacidad de frenado estaba garantizada por la presencia de frenos de tambor con servo y sistema autoajustable. La suspensión es independiente en el eje delantero y rígida en el posterior.
Medidas deseperadas
Los directivos de Ford tomaron nota de las escuálidas ventas del modelo MY58, por lo que al presentar el Ford Edsel MY59, adoptaron una serie de contramedidas destinadas a revertir la situación: se produciría en una sola fábrica, se le realizó un sutil facelift y se incorporaron dos nuevas motorizaciones: 4.8 litros con 6 cilindros en línea y un V8. Se ofreció sólo en versiones Corsair, Ranger y Villager.
Finalmente, el 15 de octubre de 1959 se presentó el Edsel MY60, bajo la premisa de «Nuevo, económico y elegante», comercializándose sólo en versiones Ranger y Villager. En pocas palabras se trataba de un Ford Galaxy retocado, cuya principal gracia radicaba en su máscara horizontal. La revista especializada «Mécánica Popular» comentaría sobre la salida del line up del Edsel: «Nunca en la historia del automóvil se había logrado un fracaso mayúsculo de un automóvil planeado con tanto esmero».
Las siete razones de su fracaso comercial
Pero, la interrogante que inmediatamente surge: ¿cuáles fueron los factores que llevaron al Ford Edsel a ser un fracaso comercial? Se esgrimen siete razones:
1.- Al momento de ser lanzado, el país pasaba por una recesión, justo en un momento que las ventas de autos se desplomaban.
2.- Los consumidores buscaban autos más pequeños y que consumiesen menos combustible.
3.- Edsel se fabricaba en la misma línea de producción de Ford y Mercury, olvidando en algunos casos a los operarios instalar ciertas piezas del auto.
4.- Algunas unidades tenían piezas que no encajaban bien, además de tener problemas de abastecimiento de parte de los proveedores, por lo que muchas de las primeras unidades llegaban a los concesionarios sin ciertas piezas.
5. Su precio era más alto que el de su competencia.
6.- No había fidelidad de parte de quienes ya tenían uno.
7.- Su particular estética y nombre gracioso.
Actualmente se estima que sobreviven cerca de 6 mil ejemplares. La sentencia de Bill Ford, hijo de Edsel Ford lo sintetiza en pocas palabras: «Duele cuando el nombre de tu padre se convierte en sinónimo de fracaso». En total la marca tuvo pérdida que alcanzaron la friolera suma de USD 350 millones.
Fotos: Raúl Farías; Edsel Pacer 1958, gentileza Automotora Continental.