Las cartas están echadas. General Motors acaba de desprenderse de su pie europeo con la venta de Opel al Grupo PSA, operación que se concretó ayer en una transacción que involucró USD 2.300 millones.
Pero, ¿cuáles son los planes del gigante norteamericano? La sola decisión de haberse desprendido de sus operaciones en el Viejo Continente da cuenta de que el fabricante puede generar más retornos siendo menos globalizada, todo ello en una industria automotriz que depende cada vez más de los servicios y de la informática.
Opel y la británica Vauxhall, comercializaron el año pasado 1.2 millones de autos, por lo que GM se ubicó muy por detrás de los líderes VW y Toyota, con ventas que alcanzaron los 8.8 millones de unidades.
Sin embargo, desde 1999 que el brazo europeo de GM venía generando pérdidas, a pesar de las inversiones realizadas en nuevos modelos, motores más eficientes y limpios, los esfuerzos desplegados en torno a tener fábricas más eficientes, además de los sueldos de una dotación de 38 mil empleados.
Ad contraris, el negocio de GM en EE.UU. está pasando por un buen momento, puesto que tras el salvataje de 2009, la compañía renació más pequeña, con menos marcas, menos empleados y menos deuda. A ello también ha contribuido el menor precio de la gasolina, lo que ha elevado la venta de camionetas y SUV´s, trayendo un crecimiento de los márgenes antes de impuestos de un 10%. Si GM quiere mantener esas ganancias, debe seguir invirtiendo en tecnología aplicada a nuevos modelos, que permita que esos autos cumplan las normas federales de consumo de combustible.
Europa también está exigiendo autos más limpios. Pero poca de la tecnología que GM podría comprar para sus modelos europeos diésel o con pequeños motores a gasolina sería útil en Estados Unidos, donde los motores grandes a gasolina dominan el mercado.
La decisión de GM de vender Opel al Grupo PSA, destaca otros dos cambios profundos que la compañía inició en 2009, cuando su directorio saboteó un acuerdo para vender Opel y Vauxhall a un grupo liderado por la empresa de partes Magna International y la rusa Sberbank.
El primero es China, actualmente el mayor mercado automotor del mundo con unos 28 millones de vehículos vendidos en 2016, y pronósticos de más crecimiento. Para acompañar ese crecimiento, GM deberá incrementar su inversión de capital para alimentar ese mercado, que eventualmente reemplazaría mucho del volumen global de ventas sacrificado con la venta de Opel a Peugeot.
El segundo es la carrera por transformar los autos en dispositivos eléctricos e inteligentes que se pagan por millas en lugar de ser comprados en planes de cuotas.
Fuente: Reuters.